El carnaval de las mascotas

15/02/2022
 Actualizado a 15/02/2022
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Un viejo amigo, veterinario al que no le va nada mal, confesaba al calor del orujín que sigue a una cena leonesa: «Me va bien, tirando a muy bien, pero muchas veces pienso en qué diría mi padre si levantara la cabeza y me viera vacunando gatos que llegan a la consulta en brazos de una dueña que les adoray abrigados con un chaleco, de diseño».

Y contaba cómo fue su padre, ganadero desde el amanecer y hasta que no hay luz en los cielos, quien tanto le insistió para que fuera veterinario y le imaginaba allí al lado cuando venía mal un ternero, entelaba una vaca en los pastos de alfalfa, aparecía la recurrente mamitis o tantos males habituales de la ganadería que siempre habían tenido en su casa.

Pero han pasado aquellos tiempos, funcionan de otra manera las ganaderías, son pocos los veterinarios que se dedican a ellas y hay en las mascotas un gran campo abierto pues sus dueños no reparan en cuidados: vacunas con su cartilla, desparasitación, golpes, enfermedades, piensos, correas, chuches, juguetes.

Las clínicas piensan en ellos, hay incluso hoteles, artesanos que hacen lápidas personalizadas con su huella, cementerios...

¿Qué les impide celebrar su carnaval de mascotas? Nada, otra cosa sería que el padre de mi amigo levantara la cabeza.
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