El camino del lobo, juntos

La gestión de las poblaciones de lobos se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de la administración autonómica y, especialmente, de las explotaciones ganaderas ubicadas en territorios loberos. La orden ministerial que incluye al cánido en el Listado de Especies de Especial Protección (Lespre), lo que impide su caza, se ha convertido en una de las normas más condicionante para cientos de ganaderos de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria. Los ganaderos se han manifestado ya en varias ocasiones para pedir la reversión de una orden que puede favorecer la proliferación de las manadas, que ya consideran excesiva a la luz de los ataques sufre la cabaña ganadera. En este contexto, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, que dirige el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, se ha comprometido revisar los baremos de las indemnizaciones a las explotaciones por los daños causados por el lobo. Desde hace tiempo, los productores piden que las compensaciones incluyan conceptos como el lucro cesante o el estrés que la presencia del animal salvaje causa a sus reses, especialmente a las que están preñadas, que en numerosas ocasiones han llegado a perder las crías. Sentarse a hablar con las opa en lugar de tomar decisiones sin contar el sector es un paso fundamental e imprescindible para lograr una solución satisfactoria. No obstante, queda mucho camino por andar, pero mejor que Junta y ganaderos lo hagan juntos.