El cambio de los factores no altera el producto en las Cabezadas

Ni en el lugar de siempre, ni en la fecha que manda la tradición, pero con el mismo resultado acabó este domingo el 'foro u oferta' entre Ayuntamiento de León y Cabildo Isidoriano

C. Centeno
05/05/2019
 Actualizado a 14/09/2019
334256617
Firmes en sus posturas y sin entendimiento que valga. El Cabildo de San Isidoro sigue empeñado en que el pueblo hace por obligación la histórica ofrenda de un cirio de una arroba y dos hachones y el Ayuntamiento de León no cambia su postura de que cada año acude a la basílica de forma libre y voluntaria.

La discusión entre el síndico municipal y el capitular de San Isidoro volvió a finalizar sin entendimiento. Eso sí, no fue necesario llegar a la guerra aunque José Luis Olivares iba armado con su bastón y Pedro Llamas recordaba que tenía a la Policía Local de su lado.

La historia se remonta a 1158, cuando San Isidoro obró el milagro de acabar con la sequía que padecía León. Desde entonces, el pueblo se lo agradece en forma de ofrenda. Pero, ¿es obligatoria o voluntaria? Sin dar respuesta a la pregunta la ceremonia de las Cabezadas se celebró este año a las puertas de San Isidoro. Ni en el lugar de siempre, ya que están haciendo obras de restauración en el claustro, ni en el día que manda la tradición, que este año coincidía con las elecciones. Así que el síndico municipal esperaba que con este cambio de factores se obrase este año el milagro de que el cabildo cediese de una vez por todas reconociendo que la ofrenda no es una obligación si no un acto libre del pueblo.

Hasta un monumento ofreció Llamas a Olivares si se conseguía el milagro, regalándole otro bastón como obsequio municipal para tratar de convencerle. "Ahora el Ayuntamiento de León puede presumir de tener un concejal que puede ser Santo, porque desde que está Fernando Salguero, los pantanos están llenos y los campos verdes", apuntó Llamas, convencido de que la ofrenda era voluntaria. Ofreciéndole un pacto por el que el Cabildo se acerque a primeros de marzo al Consistorio de San Marcelo para “rogar a Fernando Salguero para que llueva”, el síndico municipal pidió al capitular que aceptara que el pueblo acude voluntariamente.

Pero, en sus trece, el representante del cabildo cerró la discusión recordando que el pueblo tenía y tiene la "obligación" de obsequiarles cada año con ese cirio, que no quemaba San Isidoro como en el "sueño" que tuvo Pedro Llamas, pero "representaba al pueblo en el interior del templo".

Y así se cerró un año más una ceremonia en la que los dos protagonistas estuvieron arropados por la corporación municipal, de un lado, y por el obispo Julián López, representantes del Cabildo y la Real Cofradía del Pendón de San Isidoro, de otro. El ‘foro u oferta’ volvió a acabar sin acuerdo.
Lo más leído