El calvario de Edgar, el joven 'víctima' del Covid sin tenerlo

Este leonés de 18 años sufrió un ictus con graves secuelas que el Covid ha impedido tratar en la sanidad pública y la familia afronta un carísimo tratamiento

Fulgencio Fernández
04/11/2020
 Actualizado a 04/11/2020
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Edgar Freire tiene 18 años, es deportista, le gusta la montaña y comer sano y, sin embargo, el 1 de febrero de este año sufrió un gravísimo ictus isquémico. Días en la UCI, donde nadie se atrevía a asegurar a la familia que saldría, estancias hospitalarias y graves secuelas cuando ya se puede ir a casa. «Sufre una hemiplejía izquierda, que acarrea una parálisis en el brazo y la pierna de ese lado y también ha perdido la audición del oído izquierdo», explica su madre, Marta, que se nota que ya lo ha repetido muchas veces y le cuesta trabajo articular palabra al recordar que su hijo le decía que «se me acabó la vida... con 18 años».

Pero es difícil que se rinda una madre, que se rinda Marta y su familia, cuando hay rayos de esperanza. Y los había. «Hicimos todos los trámites y hasta teníamos fecha en el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral de Madrid, de gran prestigio en España y Europa... pero estábamos en los primeros momentos duros de la pandemia y todo se paralizó, nos llamaron que no fuéramos, se nos vino el mundo encima», recuerda Marta desde Madrid, donde se ha trasladado con el padre de Edgar para estar a su lado.

No se podían quedar quietos, y menos sabiendo que los médicos les habían dicho que «los primeros días y semanas son fundamentales para recuperarse de un daño cerebral como el que sufre Edgar». Buscando encontraron una solución en una clínica privada especializada en daño cerebral en Aravaca, el Centro Europeo de Neurociencias, en la queles han dado las esperanzas de que otros casos similares e, incluso, más graves «han logrado mejorías sensibles, sin perder la esperanza de que Edgar vuelva a andar, algo con lo que sueño cada día»; recuerda Marta.

Pero había una realidad inevitable, el coste del tratamiento, que esta familia leonesa no podía afrontar con las cifras sobre la mesa: «El tratamiento cuesta 36.500 euros, nos hemos tenido que trasladas a Madrid, alquilar un piso, y ya sabes lo que supone vivir en Madrid, y más con la urgencia que lo necesitamos todo».
Así fue como le recomendaron a la madre de Edgar abrir una cuenta cuenta solidaria y Marta Freire Docampo no lo dudó. Lo hizo en la plataforma GoFundMe, el 14 de septiembre, bajo el epígrafe ‘Ayuda para mi hijo’, donde se puede aportar la cantidad que se quiera, desde 5 euros. «Estoy emocionada con la respuesta de la gente, se recaudaron más de 12.000 euros en los primeros días pero ya sabes que va pasando el tiempo y se va olvidando, está un poco estancada», explica Marta, aquien le cuesta hablar de ello pero «tenemos que seguir; nos ayuda la familia pero es un goteo constante de gastos».

La cara positiva es que en la vertiente médica las esperanzas siguen intactas, como las ganas de luchar. «Edgar está siendo un valiente, se esfuerza, hace todo lo que le dicen y hoy, precisamente, hemos llevado una alegría, Edgar ha dado tres pasos, fue emocionante... Esto es largo, pero nos agarramos a la esperanza».
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