El ‘caloret’

No es por ser pesada con el mismo temita del que estarán hablando todos los españoles. Y puede que lo repitan una media de 10 veces al día: ¡Qué calor hace! Pero es que realmente hace demasiado calor. Y como esto siga así vamos a terminar tirándonos de los pelos, porque en temas de calor la gente pierde el sentido y la paciencia. Duermes mal, vas cabreado al trabajo porque a las 8 de la mañana ya pasamos los 20 grados… y qué decir si tienes que coger el metro. Un nido de sardinas en lata, de sudores y efluvios del de al lado, de abanicos por izquierda y derecha que tienes que esquivar cual ninja, y de nuevo la misma sensación de pesadez: qué calor. Y si llegas a la oficina y te dan la noticia de que el aire acondicionado no funciona, ahí ya sí que te quieres morir. A veces criticamos a los del sur, y ya sabéis los topicazos, pero que me digan a mi quien tiene narices de currar a 40 grados. Estás de mal humor, vas más lento de lo normal, te puede la modorra y sólo quieres dormir en una cama con chorros de agua incorporados que te pulvericen todo el cuerpo cada 50 segundos. ¿No estaría mal no? Pues si esto nos sucede a nosotros, ciudadanos de a pie normales y corrientes, imaginaos como se tiene que pasar si además de tener que aguantar este calor, estás enfermo. Y no sólo eso, si encima de estar malo vas a tu centro de salud y aquello parece el mismísimo infierno, ahí sí que te entran los 100 males todos juntos. Esto está pasando en el centro de salud de La Palomera. Y además lo sé de primera mano porque mi abuela tiene que ir todas las tardes a rehabilitación y la pobre mujer sale de ahí peor de lo que entra. Pero la única respuesta del Sacyl es que falta una pieza y que tardarán unos quince días en arreglarlo. ¿Y qué pretenden, que les demos un aplauso? La gente por el aire acondicionado ahora mismo ‘ma-ta’, a lo Belén Esteban. Es indignante que den un plazo tan largo ante esta situación. Que es un centro de salud, no el bar de la esquina. De hecho el Sindicato de Enfermería denuncia que hay intervenciones que se están retrasando por esta situación, lo que puede tener consecuencias negativas para la salud de esos pacientes. Si yo fuera el Sacyl, no estaría tranquilo. Esto es como si metes a unos lobos en una habitación y les dejas cinco días sin comer. ¿Qué te cabe esperar al otro lado de la puerta? Con el ‘caloret’ no se juega…