El Burbia baja fiesta

El Fiestizaje de Villafranca, otro de los festivales clásicos del mes de julio, acude este fin de semana fiel a su cita con las músicas del mundo

Fulgencio Fernández
12/07/2016
 Actualizado a 10/09/2019
El grupo leonés La Jari sigue pegando fuerte y después de protagonizar el Alpaca, viaja a Villafranca.
El grupo leonés La Jari sigue pegando fuerte y después de protagonizar el Alpaca, viaja a Villafranca.
Se sumaron muchas cosas:El Burbia y sus orillas,Villafranca del Bierzo, el Camino de Santiago, la fiesta y el mestizaje. Yde todas ellas surgió hace 13 años (en 2004)el festival Fiestizaje, de la mano de la Asociación Juvenil Bumtaka, que sigue siendo la responsable de esta cita, contando de la colaboración de instituciones como el ayuntamiento villafranquino o el ILC. Desde Bumtaka, Pablo Gutiérrez, uno de sus responsables explicaba ayer que «este festival tiene una vocación de integración y de mestizaje, de lograr que a partir de las músicas del mundo, que es tanto como decir de las culturas del mundo, se puedan fomentar esos valores de amistad y colaboración con otros pueblos, que tanta falta nos hacen en momentos como el actual, donde el espíritu del Fiestizaje está más vivo que nunca».

Y este fin de semana llega una nueva edición del mismo, desde el viernes hasta el domingo la fiesta y el mestizaje toma las orillas del Burbia en los tres ejes que vienen siendo los que protagonizan este festival desde su creación:«Por las mañanas las actuaciones son en la playa fluvial del Burbia a su paso por Villafranca y por la noche se trasladan hasta el patio de la Escuela Hogar de Villafranmca. Todas las actuaciones son gratuitas».

Señalan desde Bumtaka que lo que pretenden en esta cita berciana es acercar a los asistentes, en el ámbito de lo que podríamos llamar «música de raíz» a los grupos y movimientos musicales «más representativos, aquellos que llevan la cultura de sus pueblos mezclada y fusionada con las músicas más actuales».

El segundo eje en el que se mueve este festival son sus talleres, especialmente los de percusión y danza africana y los de batucada. «Sirven para que la gente pueda experimentar aquello que ve en los grupos. Conocer los instrumentos, tocarlos, utilizar su cuerpo para expresar los sentimientos que les produce la música de otras gentes y culturas».

El tercer eje sería la parte solidaria del Fiestizaje. «En esta edición vamos a colaborar con el proyecto Mateca, del maestro Babá Touré, que trata de darle una salida a los músicos en Costa de Marfil, que han pasado unos años muy malos. El año pasado ya se pudieron abrir unas instalaciones en las que los chavales pueden salir de la calle, abandonarla, para dedicarse a la música».

Los puestos de artesanía, actuaciones para los más pequeños (con cuentacuentos, circo y teatro) y la zona de acampada en el campo de fútbol y alojamiento completarían el mapa de lo que viene siendo el Fiestizaje de Villafranca del Bierzo, también en esta XIII edición.

Con esta reunión de músicas del mundo queremos fomentar la solidaridad con otros pueblos.
No se quieren decantar por ninguno de los grupos que participan en el Festival, «pues todos ellos colaboran, vienen prácticamente por el viaje pues les gusta la filosofía del Festival». Pero sí reconocía Pablo Gutiérrez que están muy contentos de poder contar con la presencia de los portugueses Terrakota, «que es un grupo que llevábamos varios años buscando que pudieran estar y ellos también mostraban interés en venir pero no habíamos podido cuadrar las fechas. Al fin este año ha sido posible y estarán a las dos y cuarto de la madrugada del sábado». Terrakota está considerado en la actualidad uno de los grupos más importantes a nivel internacional de la llamada música de mestizaje.

Ya en el lejano año 1999 la semilla de este grupo se plantó en Burkina Faso y desde entonces se dedican «al descubrimiento de nuevos instrumentos y lenguajes melódicos, particularmente en aquellas culturas en que la música esta fuertemente conectada con la esencia de vivir. Mezclado sin ningún prejuicio todos esos conocimientos a lo largo de sus viajes para crear un espectáculo con un sonido global y mestizo».

Señalaba ayer Pablo Gutiérrez que, a la vista de las previsiones meteorológicas son buenas para el fin de semana, «estamos convencidos de que puede ser un año récord en cuanto asistencia de público, llegada desde los lugares más diversos».

El Burbia será por unos días navegable para la fiesta y el mestizaje.
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