El ‘Blaugranazo’, un título inesperado

El Ademar levantó su último trofeo hasta la fecha en 2008, una Copa Asobal en la que superó al San Antonio en semifinales y al Barcelona, el anfitrión, en una inolvidable final

Jorge Alonso Macía
05/04/2020
 Actualizado a 05/04/2020
Los jugadores del Ademar, con Aguinagalde con el título. | PHOTODEPORTE
Los jugadores del Ademar, con Aguinagalde con el título. | PHOTODEPORTE
Hace algo menos de 12 años que los aficionados del Ademar no saben lo que es celebrar un título. Sin embargo, el recuerdo de aquel último sirve para recordar tiempos mejores y sonreír recordando una de las grandes gestas del club leonés en su historia.

Porque aquella Copa Asobal de 2008 forma inevitablemente parte del recuerdo colectivo del ademarismo, un torneo que ya en aquel momento fue muy especial y que, con el tiempo, recordándolo como el último hasta la fecha, gana aún más valor sentimental.

Fue el título del ‘Blaugranazo’, la competición cuyo guión parecía encaminado al título del anfitrión, un F.C. Barcelona que aspiraba a romper la hegemonía del Ciudad Real de Dujshebaev que se había llevado los cinco anteriores. Sin embargo, el Ademar sorprendió a propios y extraños para romper el guión prescrito en el Palau y llevarse la que es su segunda Copa Asobal.

Un equipo que lideraba desde el banquillo Jordi Ribera, con Jacobo Cuétara como segundo y que vivía un año de transición con muchos cambios en la plantilla con la llegada de Álamo, Ortigosa, Chernov, Carou, Buntic o Bicanic. Año de apuestas en la que el seguro lo aportaban los que seguían, con Alilovic, Stranovsky, Krivochlykov, Aguinagalde o Dani Sarmiento.

Stranovsky, máximo goleador del torneo, se fue hasta los 11 goles en la semifinal ante San Antonio Fue benévolo el sorteo con el equipo leonés, que había comenzado muy bien la temporada, soñando incluso con algo grande, perolas derrotas previas a la Copa Asobal ante Barcelona y Ciudad Real devolvieron al conjunto ademarista a la realidad. Evitaron los leoneses a esos dos equipos, los dos grandes favoritos, en una semifinal a la que se enfrentarían al Portland San Antonio dejando como gran candidato al título al que saliera ganador de la otra semifinal y con el premio extra para el vencedor de lograr una plaza para la siguiente Liga de Campeones.

Así, apelando a «la humildad y el sacrificio», según señalaba Jordi Ribera en la previa, el Ademar se llevó la semifinal ante el San Antonio de una forma mucho más sencilla de lo que se esperaba. Con la recuperación casi milagrosa de Dani Sarmiento, lesionado en el codo y descartado a priori para viajar a Barcelona, el equipo leonés firmó un gran partido para ganar (31-26) al Portland de Saric, Kjelling, Malmagro o Ruesga. Con Alilovic destacado bajo palos, Stranovsky se desató para irse hasta los 11 goles y estuvo bien secundado en ataque por Julen Aginagalde (5) o Bicanic (5).

En la otra semifinal, el Barcelona de Manolo Cadenas y Juanín daba el primer paso hacia lo que debía ser su Copa Asobal soñada, ganando al Ciudad Real(26-23) y pasando a ser el gran favorito en ‘su’ final, la que debía salvar una temporada que ya se había puesto muy cuesta arriba tras estar prácticamente eliminado de la ‘Champions’.

Alilovic fue clave en la final, en la que fue todo un muro infraqueable para el ataque de un Barcelona perdidoUna presión que no mostró el Palau Blaugrana, a media entrada, pero que seguramente jugó a favor del Ademar en una final inimaginable, dominada de principio a fin por los leoneses, que ya ganaban por 6 goles al descanso (11-17). Dos goles de Juanín le dieron al Barça su única igualdad desde el inicio, ya que un parcial de 0-5 rompió el partido para los leoneses obligando a un Manolo Cadenas desesperado en la banda a parar el partido.

No sirvió de mucho ni ese ni los muchos ajustes que realizó el de Valdevimbre durante el encuentro ya que el Ademar se lo creyó, no vaciló en ningún momento y mantuvo el nivel liderado por Sarmiento, Stranovsky y Krivochlykov, enmudeciendo el Palau Blaugrana con ventajas de hasta 8 goles que solo disfrutaron los pocos leoneses desplazados, muchos de ellos emigrantes que aún hoy disfrutan de lo allí vivido.

Estallido de alegría del equipo leonés en la pista de la ciudad condal con Castresana levantando el trofeo y de cerca de 5.000 leoneses que se dieron cita en Santo Domingo con más de un valiente desafriando al frío y bañándose en la celebración. Alilovic, mejor portero del torneo, Stranovsky, máximo goleador y Dani Sarmiento, mejor jugador, dejaron claro con sus trofeos individuales la superioridad del Ademar en aquel fin de semana de diciembre que tuvo a dos leoneses e historia del Ademar ya en ese momento como Manolo Cadenas y Juanín, siempre desde el punto de vista profesional, en la otra cara de la moneda. «Nos han superado de principio a fin, no hemos hecho un partido propio de una final donde está en juego un título y además en tu casa», reconocía el de Valdevimbre, mientras que el extremo era más contundente asegurando que su equipo entonces «hemos rozado el ridículo en un partido nefasto, hemos dado una imagen que no corresponde a un Barcelona y el Ademar es justo vencedor», aseguraba tras el partido.

Una victoria que pilló por sorpresa a todo el mundo, hasta al propio presidente Juan Arias, que tuvo que ponerse tras el partido a buscar dónde conseguir cervezas para poder celebrar el éxito en el vestuario. Una anécdota para el que es hasta la fecha el último título del Ademar, conseguido en la situación más inesperada y que hace soñar con poder hacer frente en el futuro a los favoritismos para dar de nuevo la sorpresa y volver a celebrar.
Lo más leído