El belén de Folgoso

El nacimiento es, desde hace siglos, uno de los elementos más típicos de las Navidades, especialmente entre los cristianos pues, al fin y al cabo, representa el nacimiento de Jesús, la primera venida del Señor. Y algunos de ellos, además, se han convertido en todo un símbolo; caso, por ejemplo, del de la localidad berciana de Folgoso de la Ribera.

Es en 1963 –así figura en su página web–, con la llegada de Arturo Cabo a la parroquia de Folgoso, cuando se sitúa el ‘origen’ de su belén, gracias en buena medida a la maestra Loren Collado; y ya, a partir del año siguiente –en el que se implican Gelo Méndez y Ser Puente–, comenzarían a realizarse distintas mejoras que lo han convertido, hace ya tiempo, en uno de los belenes más conocidos de la provincia de León. Precisamente con Gelo –que, más de medio siglo después, continúa al pie del cañón– y con Teodoro Villaverde –presidente de la Asociación Belenista de Folgoso– tuve ocasión de charlar cuando me acerqué a visitarlo el otro día.

Está realizado de manera artesanal –la mayoría de las piezas han sido realizadas por gente de Folgoso a lo largo de los años–, cuidando los detalles, con numerosas figuras en movimiento y con multitud de guiños a nuestra tierra y a la vida tradicional: una mina, una fragua, un molino, una bodega, una panadería, la matanza, la maja… y hasta la iglesia –cuyas campanas no dejan de sonar– y el ayuntamiento de la localidad.

Si ya lo has visitado alguna vez, no dejes de acercarte este año, que cada vez es diferente; y si todavía no has estado allí, aún con más motivo, que después de 58 años ya va siendo hora…; y más, si cabe, teniendo en cuenta que el año pasado permaneció cerrado obligado por la covid-19.

El belén de Folgoso abría de nuevo sus puertas –en el edificio que lo alberga desde hace ya veinte años, que se encuentra al lado mismo de la iglesia– el domingo pasado. Y podrá ser visitado –toma nota– hasta el 9 de enero durante todos los días en horario de mañana y tarde. Además, es gratis.