El arte de la tradición textil

Iablena Petrova ha elegido como forma de expresión el arte textil, por ser uno de los más antiguos a la vez que más cercano a la mujer, un campo creativo que puede superar con creces la barrera de lo artesanal

Mercedes G. Rojo
20/11/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Uno de los dibujos de Iablena Petrova.
Uno de los dibujos de Iablena Petrova.
"Cuando el textil se convierte en arte no solamente hay técnica, se convierte también en la expresión de unos sentimientos y del propio pensamiento". (Iablena Petrova. Artista textil).

Iablena Petrova (Sofía. Bulgaria, 1965) es una de esas artistas múltiples que sin embargo elige como forma de expresión artística una de las artes más antiguas y al mismo tiempo con más cercanía a la mujer, el arte textil, un arte complicado si se tiene en cuenta que ha estado siempre más ligado a la artesanía en sí misma que a la consideración de verdadera expresión artística.

Amiga de desafíos, esta búlgara que ya lleva cerca de veinte años asentada en España, casi la mitad de ellos en tierras leonesas (primeramente en Val de San Lorenzo, hoy en Astorga), se decidió por esta forma de expresión quizá un poco como forma de reivindicar un aspecto tan intrínseco al mundo creativo femenino que, a su modo de ver, va mucho más allá del puro ejercicio de la artesanía.

Para ella todo ejercicio plástico puede ser simplemente un puro ejercicio manual, una simple artesanía, o dar un paso más allá para convertirse en verdadero arte, ese para el que no hay límites impuestos por las técnicas o los materiales utilizados. Desde la percepción de esta creadora ese salto viene refrendado por toda una serie de aspectos que son intrínsecos al propio carácter del artista, que en parte puede hacerse pero que, en su circunstancia más esencial, se lleva dentro, se nace. Lo demás son empujones para poder llegar a la verdadera expresión de tu arte, independientemente del material con el que se haga, ya sea pintura, escultura, fotografía,… o ¿por qué no? textil; cualquier técnica es válida si permite a quien la utiliza ir más allá del dominio técnico para conseguir alcanzar a través de ella la expresión de sus sentimientos, incluso de su propio pensamiento, que es lo que verdaderamente confiere a una pieza su calidad artística. I. Petrova se define a sí misma como una artista moderna que se mueve a través del arte abstracto al que llega a través de técnicas artesanales; yo añadiría que en una conjunción perfecta entre la tradición y la modernidad, entre la técnica y el concepto que dota a sus obras de vida propia. En ella está muy presente la viveza del color, la fuerza de esos tonos puros que están presentes en tan diversas y antiquísimas tradiciones textiles, pero que aún cobran más fuerza a través de sus particulares combinaciones, de cada uno de esos trabajos en los que no solamente se esconde el dominio de la técnica sino esa idea, ese concepto que en cada momento pretende transmitir. Obras de diversos tamaños que van saliendo pacientemente del telar que se trajo con ella a su venida desde Bulgaria como algo intrínseco a su propia forma de trabajar. Proveniente de otra manera de entender la educación, la formación, también en los aspectos artísticos, tiene muy claro que para llegar a ser alguien en arte, medianamente creíble, y más en esta faceta suya del textil, además del perfecto dominio de la técnica, hay que gozar de una amplia cultura general que nos permita saber de dónde venimos y adónde nos dirigimos, dominar básicamente el dibujo, saber de colores,…, para poder conjugarlo todo y que los sentimientos y los pensamientos fluyan a través de dicha conjunción. Y todo esto no es fácil en una sociedad que, a su entender, no protege ni fomenta siquiera el pensamiento y el ejercicio artístico, mostrando un desinterés total por tenerlo presente desde las primeras etapas de la vida. Definiéndose a sí misma como una persona que vive por y para el amor, en su más amplio concepto que resume en una frase tan contundente como «Amo amar», intenta ver todo lo bueno que existe a nuestro alrededor, la naturaleza, las personas,…, aspectos que intenta llevar a su obra en la que ese mismo sentimiento trasciende en el mimo con que elige y trata sus materiales, en la armonía con que los combina hasta crear obras que te envuelven con su belleza, donde esos colores con los que Iablena sueña y juega en sus tapices, nos llevan a un mundo de sensaciones en el que el ser humano se vuelve uno con lo más hermoso que tiene, la naturaleza y sus raíces en ella. Actualmente alejada de sus telares por una lesión de la que se está recuperando, prosigue incansable su proceso artístico, más centrada de momento en el dibujo y la pintura, y también sigue adelante con trabajos de formación orientados a sacar de todos sus alumnos el pequeño o gran artista que cada cual lleva dentro. Sin embargo, si algo tiene claro es que lo suyo sigue siendo el textil, técnica de la que se declara abierta y profundamente enamorada. Por mucho tiempo, Iablena.
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