El anfitrión ausente

18/09/2018
 Actualizado a 14/09/2019
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Entre el exclusivo club de los nombrados ‘pueblos más bonitos de España’, Peñalba de Santiago, el único berciano galardonado con ese marchamo, ha decidido ser el anfitrión del segundo encuentro etnográfico de los mismos. Invita a sentarse a la mesa a sus compañeros por primera vez para que pisen sus calles, echen una visual al suelo de la iglesia mozárabe, que acaba de empezar a repararse, admiren las moles de los montes Aquilianos que forman una fortaleza gigante para el recoleto enclave o visiten la Cueva de San Genadio, padre de la simbiosis monacal que encierra la Tebaida. Un anfitrión de lujo, sin duda, si no fuera porque invita a llegar a él sin acceso asegurado. Vale que, si el tiempo lo permite y las tormentas no se dejan caer, la jornada, sin duda, será espectacular y permitirá presumir de los encantos encerrados a los pies de las montañas, pero lo de invitar y cruzar los dedos, ya de inicio, resulta un poco estresante. Y ya tienen bastante estrés los vecinos del valle cada mañana cuando tienen que ponerse detrás del volante. Nunca el Aemet tuvo tantas visitas desde un espacio tan pequeño. Ahh, no, que allí lo de engancharse a internet también es una Odisea. Les queda rezar y entender así porqué los monjes escogían este rincón para enclaustrarse a comer botillo. No quedaba otra. Hay que reconocer que el tiempo ha hecho de las suyas a favor de un pueblo con medalla que es capaz de invitar a otros a pasar por sus entrañas. Hoy Ponferrada estará llena de turistas que mirarán a La Aquiana desde abajo y alguien, señalando su cima, les dirá, ¿ves aquellos altos?, bajo el cordal está un pueblo que, como el tuyo, tiene plaquita y que, si el hada mala del cuento no aparece en forma de lluvia rabiosa, podrás visitar. Tendrás que soplar y soplar para espantar a las nubes o te irás pensando que Peñalba tiene un castillo templario y una Basílica.
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