Es una oportunidad dorada, pero también un arma de doble filo, para esa UPL que es la única opción realista y provechosa ahora mismo, por mucho que Conceyu decida presentarse sabiendo que no tiene ni un 0’0000001% de opciones de sacar un procurador y lo único que puede hacer es restar apoyos a la causa que supuestamente defiende.
Por todo lo citado, por lo que se palpa en la calle, por el hartazgo de la sociedad con los agravios con otras provincias o por el impulso que las mociones leonesistas han provocado poniendo ese debate en todos los pueblos de la provincia, es la mayor oportunidad de la historia reciente de la UPL. Es el momento de dar un paso de gigante, de entrar con fuerza y de poder sentarse después en la mesa de negociaciones con un discurso claro: aquí gobierna el que yo diga y a mí lo que me preocupa es León y lo que me ofrezcáis para la provincia.
Pero eso también tiene su riesgo, porque si no aprovechan una ocasión como esta, su crédito como partido o como mínimo el de los que ahora lo dirigen quedará muy tocado, por no decir herido de muerte. No es ya aumentar el procurador actual y subir a dos, mal empezarían conformándose con eso. Es el momento de irrumpir como nadie que no esté en León viendo y sintiendo el panorama puede esperarse. Es ahora o nunca.