El actuario rechaza el informe de Minas, cuyas conclusiones cree que "se buscaban"

Dice que entre los ingenieros que investigaron tras el accidente había una persona que dirigía "el cotarro" y que allí "se dijo que a la HVL se le habían acabado los créditos"

R. Álvarez
15/03/2023
 Actualizado a 16/03/2023
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El primer día de declaraciones de los testigos-peritos, este miércoles, arrancó con el interrogatorio a Juan José Vidal Lombas, actuario de la sección de Minas de León en el momento en el que se produjo el accidente en el que fallecieron seis mineros de la Hullera Vasco Leonesa (HVL), el 28 de octubre de 2013. Él entró al taller del siniestro días después, el 4 de noviembre, y un día más tarde cogió una baja que lo mantuvo apartado durante los siguientes siete meses. Accedió con un grupo de ingenieros a los que se había encomendado investigar el accidente, entre los que afirmó que una persona era la que dirigía «el cotarro». «Se dijo que a la Hullera Vasco Leonesa se le habían acabado los créditos y que esto había que acabarlo» y, aunque se negó a poner nombre a quien pronunció estas palabras, sí que entendió que había una idea de ir, más que contra La Vasco, contra la minería en general. «Al final es lo que se ha conseguido», advirtió.

Él no firmó el informe que se emitió posteriormente porque seguía de baja laboral, pero mostró su rechazo tanto a cómo se hizo esa visita del día 4 como hacia las conclusiones que se recogieron en el documento. «Estoy en desacuerdo total», subrayó. En primer lugar porque se parte de tres supuestos, de tres posibilidades: un incendio, que consideró que está más que descartado que fuera el origen, un desprendimiento instantáneo que dijo que se rechazaba «no sé por qué» y la caída de la bóveda. En su opinión, la manera correcta de proceder habría sido «ver los hechos» y después haber comprobado «si se podía demostrar algo para, a partir de ahí, llegar a una conclusión o conclusiones» y esto no se hizo. «Cualquier investigador en un accidente no puede partir de unas conclusiones ya de entrada», subrayó.

«Nunca vamos a saber qué pasó»

Vidal Lombas defendió también que el proyecto de explotación era válido y que la ventilación en el taller funcionaba y estaba situada «conforme a una Disposición Interna de Seguridad (DIS) aprobada recientemente y que cumplía con las normas». Recordó, además, que cuando visitó el lugar tras el accidente este estaba «intacto» y que en su esquina sur, pegando con el muro, estaba «desnudo» y con un polvo fino en las puntalas. Cree que fue desde ahí desde donde se produjo el aporte del gas, en el post-taller, aunque consideró que «nunca vamos a saber qué pasó ahí dentro. Lo único que sabemos es que salió gas de forma súbita y en gran cantidad», dijo. Antes del siniestro, en ese año de 2013, había hecho dos visitas a ese macizo y aseguró que no fue en más ocasiones porque no lo estimó necesario. «El que yo hubiera ido más por ahí, no habría arreglado más. No habría arreglado nada, por desgracia, porque si fuera así habría ido», quiso dejar claro. Incidió, por otra parte, en que aunque se cumplan todas las condiciones de seguridad posibles en una mina se puede producir igualmente una emanación de gas, porque a este «no se le puede poner un tapón», dijo, y remarcó que no cree «que ninguno de los imputados en este accidente no hubiera tomado las medidas oportunas para intentar evitar lo que pasó».

El actuario, que dijo que es funcionario desde el año 92 y que trabajó en la Hullera Vasco Leonesa a principios de los años 80, defendió también que el gas migra y consideró que su procedencia tenía que estar en otro lugar diferente a la bóveda porque, en su opinión, «con las labores de desgasificación que se hicieron ahí no podía haber esa cantidad de gas».

Respecto a los motivos tras su baja laboral inmediatamente posterior a su entrada al taller del siniestro, Vidal Lombas explicó que «tengo ansiedad crónica diagnosticada y cuando fui el día 4 empecé a sentir síntomas y mareos, fui al médico y me apartaron» No volvió a trabajar hasta el mes de julio del año 2014. En este punto incidió también en su rechazo a cómo se hizo esa visita y estimó que el «ambiente» en el que se produjo, haciendo referencia a las personas que participaron en ella, no a las condiciones del taller, tuvo mucho que ver con esa «situación e estrés y de angustia» que le hizo ir al médico y coger la baja laboral.
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