El acento de León en la cabeza y en la escritura

A Pilar Escamilla Fresco, con sus raíces divididas entre León, Cuenca, Barcelona y Madrid, no le duelen prendas a la hora de reconocer que son las primeras las que más pesan

Mercedes G. Rojo
04/02/2020
 Actualizado a 04/02/2020
La autora y una de sus obras. | L.N.C.
La autora y una de sus obras. | L.N.C.
Yo ya creía amor, que sería una de esas mujeres/ que por San Juan queman su pasado,/ esperando no repetir pautas y dolores/ y creyendo que los fantasmas/ puedes ahuyentarlos y olvidarlos... ('A los pies del Teleno'. Pilar Escamilla Fresco. Escritora).

Hoy transitamos nuestros artísticos caminos leoneses de la mano de una de esas mujeres que siempre van haciendo patria, Pilar Escamilla Fresco (Barcelona, 1976), como le gusta que la llamen sin renunciar a ese apellido de su abuelo materno del que se siente orgullosa y que es el que la une a su origen leonés. Ella nació, por esos caprichos de la vida, en la localidad barcelonesa de Granollers y con apenas cinco años se trasladó a Madrid, en una de cuyas localidades sigue viviendo desde hace ya veinte años, actualmente ejerciendo de bibliotecaria, profesión que simultanea con otros aspectos muy relacionados con la literatura: porque Pilar escribe «desde que tiene conciencia de saber hacerlo», relato y poesía, y además, como lectora voraz que es, trata de abrirle a los demás este fascinante mundo de los libros a través de la práctica de la narración oral, de la organización de eventos poéticos en su municipio o de la coordinación de secciones de creación literarias en diversas revistas. Con cuatro poemarios publicados (todos ellos agotados aunque se pueden encontrar en digital a través de su web) tiene versos y relatos desparramados por su blog y por diversas antologías, porque, tal como dice en uno de sus poemas:

Le dijeron varias veces que el mar estaba lleno de peces.
Le dijeron que no dejara de buscar.
Le dijeron que saliera a nadar. (…)
y para ella la literatura, ya sea poesía o narrativa, es un proceso de búsqueda, un camino que propicia encuentros, alivia soledades, y permite que la vida continúe siempre hacia delante. No puede ser de otra manera.
Con sus raíces divididas, como ella misma cuenta, entre León, Cuenca, Barcelona y Madrid, no le duelen prendas a la hora de reconocer que son las primeras las que más pesan:
"Desde lo personal (porque) es el lugar donde tengo mis raíces más dulces y más queridas. (…) Tengo mis mejores recuerdos de la infancia en ese pueblo (San Román de la Vega, a la vera de Astorga), en esa casa y en esa tierra. El lúpulo que bordeaba la carretera, los fardos de paja y las ovejas recorriendo periódicamente la calle de mis abuelos y llenándola de conguitos (…)".

Desde lo poético, por la influencia de su madrina que desde pequeña le transmitió la pasión por la poesía, facilitándole libros (como el primero del que tuvo conciencia de que perteneciera a una mujer y leonesa, 'Baladas del abismo' de Margarita Merino, comprado un martes de mercado en Astorga), y estimulándola en su escritura.

Esas presencias, físicas pero sobre todo emocionales, humanas y paisajísticas, impregnan de forma ora consciente ora inconsciente, gran parte de su obra; y ante esa presencia es inevitable preguntarle que destaca del panorama literario leonés de este momento y qué echa de menos. Entre una extremada inquietud creativa que se manifiesta –nos dice– en una amplia cantidad de eventos y actos literarios en los que hay "muy pocos medios pero mucho esfuerzo y dedicación personal", destaca ejemplos como "Versos en la Somoza, que lleva a pueblos verdaderamente pequeños poetas y músicos (…) que de otras maneras sólo se verían en Madrid, Barcelona y pocos sitios más". Como poeta, participante en alguno de dichos actos, no deja señalar lo que con estos encuentros «se aporta a los habitantes de esta tierra, y lo que ellos nos aportan a los que en estos eventos participamos (que) es infinito". En cualquier caso, y por poner una pega «echar de menos, quizás, más apoyo institucional. Esta tierra tiene gente con muchas ganas de trabajar, de aportar valor añadido a la vida de sus conciudadanos. Y les cuesta muchísimo sacar de debajo de las piedras el poco apoyo que tienen. Con algo más de promoción y apoyo institucional, y algún pequeño apoyo financiero serían capaces de poner a León entre las capitales culturales más ricas de España. No tengo ninguna duda. Talento hay. Ganas de trabajar también".

En el último año hemos podido escucharla varias veces en nuestra provincia: primero fue 'L’ékole poétique', luego 'Solsticio en Turgencius' y muy pronto volverá para participar en el 'Homenaje a Alfonsa de la Torre' que se prepara para el próximo 8 de marzo. Mientras tanto cada vez que puede escapa hacia estas tierras donde, tras la pérdida de la casa familiar en San Román de la Vega, ha recuperado ese paisaje siempre a la sombra afectiva del Teleno en uno de los pueblos maragatos por excelencia. La vida es así de caprichosa y de una u otra forma siempre te devuelve al lugar donde necesitas estar.

Habría mucho más que contar de esta polifacética mujer que, por ej., también es aficionada a la fotografía. De momento vayan las siguientes palabras como acercamiento a nuestra protagonista de hoy, en la que reconoce y reconocemos a Pilar Escamilla: "no sé qué tiene esta tierra, que cuando leo sus poetas en mi cabeza resuena este acento que me enamora y me llena de paz y dulzura. Será por eso que cuando escribo, en mi cabeza, también lo hago con acento de León".
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