El acabose

Cuando ya nieva de canto a la luz de las farolas apagadas, pero que la ves caer, las cantinas, tabernas, tascas, ambigú, casino y hasta algún bar de pueblo que tiene luz dentro te recibe con unas voces quesi no eres de la ruralidad más vociferante haces el amago de marchar, que no deja de ser una decisión cobarde y equivocada pues en la rotonda de Robles están los lobos con las máquinas de medir cubalibres y te van a apretar una receta que más te valía haber ido a un médico de pago, que ya sabes lo que le pasó a Farraperas cuando se empeñó en que le mirara la próstata un medico de pago.

- ¿Y te acertó lo que tenías?

- Exacto, exacto, no, pero muy cerca, llevaba 100 euros y me cobró 90.

- Lo otro era para el coche de linea.

Al suco, que me esnorté de tal manera que ya ni sé si encontraré el suco bueno, que una vez creí que estaba sacando las patatas de la Tierra de la Cera y estaba levantando la zahorra que le habían echado al atrio de la iglesia para que no se levantara polvo jugando a los bolos. (Nota, si se llama zahorra yo qué queréis que os haga, peor sería llamarse Flogencio y que te llamen Ful, con el trabajo que le costó al cura encaminar el bautizo).

Por cierto, hablando de encaminar el bautizo, el que era listó para eso era el Tío Chorizo, que como era hombre de posibles pues todos le iban para que fuera padrino del rapaz, o la rapaza. Y él decía que sí, que era amecido para los bautizos. Y, claro, un día se averó allí a la pila con el nacido en brazos y como el cura también quería que le dejara algún óbolo en el cepillo pues se vino arriba y le preguntó:

- ¿Qué es el que va a ser nuevo cristiano, infante o infanta?

Y Tío Chorizo, que no lo sabía, ni se inmutó: «Creatura».

Pues eso. Otra vez al suco inicial, decía que el ruido que encontraras en la cantina o lugar similar no te debe amilanar, tu tira y pide vino caliente con azúcar. Y no les lleves la contrario porque te dan la razón y tienes que volver a llevársela. Que la cosa va de buena llevanza hasta que uno dice, «esto es el acabose». Cuerpo a tierra. Esto se pone feo.