29/08/2020
 Actualizado a 29/08/2020
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Noches cálidas de verano, tres o cuatro chicharras de fondo y un jardín casi secreto, porque no había abierto al público hasta ahora. De esta forma y en este lugar se han celebrado los conciertos de una nueva edición del festival de jazz de Ponferrada. En este momento tan complicado para los músicos, y tan complicado para todos, ha sido un gusto sentir la música como algo físico a lo que abrazarse en un tiempo de naufragios.

El guitarrista Romain Pilon dijo que hacía mucho que no daba un concierto y agradeció al público su apoyo. Y fue emocionante escuchar a la flautista María Toro y verla pasar del jazz a la música tradicional gallega y a su primer instrumento, la pandereta, con ‘Costureiriña bonita’, en honor a su madre y a sus muchas tías, las costureiras de una pequeña aldea lucense. Y ya estoy deseando escuchar, en pocas horas, a Rita Payés, una de las muchas músicas que han volado bajo el ala de Joan Chamorro.

El jazz tiene una gran parte de improvisación, pero no tanto como se pudiera creer, y es bonito ver esos momentos en los que los músicos se dejan ir, se van dando paso para sus solos, se separan o se unen, pero siempre buscando que la música sea lo mejor posible, para lo que todos deben estar unidos.

La situación que vivimos exige cierta improvisación, sin duda, pero también algo de armonía si queremos que las cosas vayan hacia adelante. Lo que estaba ocurriendo con la vuelta a las aulas ya había pasado el punto del free-jazz y se había convertido en un guirigay insoportable. Una comunidad autónoma soplando la trompeta, otra machacando la batería, la de más allá desdentando el piano y el gobierno esperando a ver cómo iba la cosa de decibelios y tocando los platillos. Además del ruido y la furia de las redes sociales contribuyendo al ensordecimiento general.

Defender la educación a través del insulto es mucho peor que un oxímoron literario. Los niños y los chavales deben volver a las aulas porque la educación es un derecho, no se nos olvide, pero también lo es la salud. No digo que sea fácil, pero desde luego será bueno ser parte de la solución y no del problema.
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