Educación contra los "mensajes tibios y condescendientes con el alcohol"

León se une al Día Mundial sin Alcohol para concienciar sobre los problemas de índole físico, psicológico y social de una adicción que debe ser tratada como tal

Sergio Jorge
16/11/2018
 Actualizado a 18/09/2019
Voluntarios de Arle, este jueves en Santo Domingo. | SAÚL ARÉN
Voluntarios de Arle, este jueves en Santo Domingo. | SAÚL ARÉN
En un país con una cultura de vino y cerveza tan arraigada es complicado celebrar una jornada como la de este jueves, el Día Mundial sin Alcohol, pero el aviso lanzado por asociaciones y profesionales sanitarios es claro: no es bueno ingerir bebidas con graduación. Más claro lo explica el jefe del Servicio de Digestivo del Complejo Asistencial Universitario de León, Francisco Jorquera: «Los mensajes tibios y condescendientes con el alcohol al final lo que hacen es multiplicar sus riesgos».

Por eso no es de extrañar que la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados (Arle) repartiera ayer información para concienciar sobre los efectos del alcohol, que no solo son físicos (aunque sean los más graves), sino también psicológicos y sociales. Y por eso el especialista del Hospital de León recalca que la base para acabar con esta permisividad del alcohol tiene que estar en el origen, en la educación, en la capacidad de toda la sociedad para activar medidas y políticas que pongan de manifiesto el riesgo que existe si el alcohol no deja de estar bien considerado, pero también para tratarlo «como una adicción».

Jorquera resalta que más de la mitad de los cánceres hepáticos y de páncreas son causados por el alcohol, además de la cirrosis. «También multiplica el riesgo de tener cualquier tumor, y si le sumas otros tóxicos como el tabaco, el peligro se hace exponencial», agrega, para alertar también sobre la histórica cultura del alcohol, pero también sobre otros «perversos» mensajes, como que es más importante la industria de producción de alcohol que el gasto sanitario. «Aquí no hay datos, pero en EEUU, el daño directo d se cuantificaba en 125 billones de dólares en la sanidad, mientras que el beneficio industrial no llegaba a los 9 billones», asegura.

Hay más cuestiones a tener en cuenta, como que «existe la idea de que unas dosis moderadas previenen los problemas coronarios, pero esto se ha utilizado para decir que el alcohol es bueno». Según aclara, «no se sabe cuáles son los niveles mínimos en los que el alcohol deja de potenciar el cáncer», por eso alerta sobre «estos mensajes peligrosos». También sobre los que «hacen sus cuentas» con las dosis, aprovechando los fines de semana para ingerir grandes cantidades, pese a que se considere que los hombres puedan beber «tres o cuatro cañas o vasos de vino y las mujeres una o dos, pero no pintas o campanos». «Lo que hay que tener claro es que siempre hay daño psicológico», advierte.
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