Economía y salud

20/01/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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El tema de los enfermos de hepatitis C nos trae muchas reflexiones. La realidad que nos muestra es la absoluta falta de ética y moral de nuestra sociedad. Por qué no decirlo, esta sociedad de hoy, la sociedad del año 2015, una sociedad insolidaria. Como podemos aceptar que paisanos nuestros, ciudadanos españoles, seres humanos a fin de cuentas. Se encuentren en una situación de agonía, viendo cómo les va llegando la muerte. Mientras tanto la solución a su enfermedad la tienen algunos laboratorios. La repuesta al problema pasa por un problema económico, por una cantidad de dinero que nuestro gobierno hasta el momento no está dispuestos a asumir. A fin de cuentas todos los gastos del estado se financian vía impuestos que pagamos todos los contribuyentes. El matiz está donde destinar la recaudación de esos impuestos.

A juzgar por los hechos, parece que la hepatitis C no es prioritario para el gobierno. Cómo puede ser que un grupito de personas decida si dejamos morir a cierto número de personas por no administrarles un medicamento.

Es de justicia que lo mismo que repatriamos conciudadanos que han contraído el ébola, cosa que me parece lógica y apropiada, solo faltaba. De la misma forma es de justicia que paguemos los medicamentos que pueden salvar la vida a los enfermos de hepatitis C. Como puede ser posible que el mismo medicamento que cura esta enfermedad, en la India tiene un precio y en España cueste diez veces más. Todo esto parece un despropósito y un sin sentido. La avaricia de los laboratorios no puede llegar hasta tal punto.

El caso es que hay que organizar una gran movida para que te hagan caso, como ha ocurrido con estos enfermos. Desde que se han unido y se han movilizado, la cosa ha toma otro rumbo. Incluso parece que hasta les empiezan a hacer caso. Queridos lectores, tomemos nota, apoyémonos y movilicémonos en todos los asuntos importantes.
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