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Echa la Primera Comunión

08/12/2019
 Actualizado a 08/12/2019
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Esta semana se nos fue Loles, muy cansado de la batalla por la vida. Para mí se fue un vecino, buen vecino que es lo más que se puede ser en un pueblo, pero lamento mucho también al contador de historias vividas, tenía muchas, porque había sido cantinero y, sobre todo, taxista, en aquellos años que en un taxi de pueblo pasaban tantas cosas.

Recuerdo muchas historias de su taxi. Cuando hizo de ambulancia —no las había— para llevar al hospital a uno que le habían abierto la cabeza con el hacha —la España Profunda que dicen los creadores de definiciones— y Loles jamás pudo olvidar los gritos de aquel hombre hasta llegar a León, sólo deseaba que se desmayara para que dejará de sufrir aquel terrible dolor que combatía con gritos.

Entre los curiosos siempre contaba el de un indiano —Porraca le decían— que le alquiló para todo el día, o los que fueran. Una escena de unas mujeres bailando en un local sobre quince centímetros de champán precede a una compra de churros en una de aquellas churrerías que en la calle abrían al amanecer, o antes. Llegó y no solo le compró todos los churros que había hecho, «es que le compró la churrería». Cogió los churros, fue a la salida de la misa de ocho de la mañana en la Iglesia de Renueva y obligó a cada uno que salía del templo a «comulgar con churros».

- ¿Y la churrería?

- No volvimos por allí, imagino que al día siguiente la buena mujer que la atendía abriría otra vez y suya fue.

La tercera es de los tiempos de los tele-clubs. LLegó confundida la televisión de Genicera a Canseco y una expedición compuesta por Vitalino, Gorín y el cura fue a rescatarla, en el taxi. Hubo rápida «avenencia»y hasta les dieron de cenar, de manera generosa en comida y no menos abundante en vino. Tanto que parece que al cura le hizo daño pues al regresar ya tuvo que parar a vomitar en las hoces de Canseco, después repitió parada y vómito en los Pontedos, en el Puente Santa María, en el cruce de Valverdín y volvió a pedir parada en las curvas de Lavandera. Iba a parar Loles pero le dijeron: «Sigue, que si vomita más echa la Primera Comunión e igual le quita el Obispo de cura por no haberla hecho».

Y muchas más... Aquellos taxis.
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