07/06/2018
 Actualizado a 16/09/2019
Guardar
Mi actual lugar de trabajo para los próximos cinco meses puedo calificarlo como un oasis, lejos del ruido de las grandes ciudades y en un entorno de lo más apacible y práctico, donde la naturaleza de sus jardines te hace sentir realmente cómodo. La Universidad Rey Juan Carlos, edificio del Grado en periodismo y comunicación audiovisual, lugar donde tengo ahora mismo mi aula, al final del pasillo se encuentra el despacho de un conocido periodista televisivo, en cualquier día de la semana te cruzas con otros periodistas mediáticos y no tan mediáticos y por supuesto alumnos que no les dejan de visitar en sus dependencias. Durante esta semana, los que merodeamos por allí, hemos visto como los más jóvenes, los que aspiran a una plaza en la universidad pública, abarrotaban pasillos, jardines y cafetería, han llegado para hacer el Ebau, antes llamado PAU y para los más viejos del lugar y como yo lo conocí en su día, la selectividad. Los que hicimos EGB y BUP parece que nos cuesta asimilar estos nuevos tecnicismos, pero al final todo es lo mismo. Estos días he visto los nervios de aquellos que se examinan a flor de piel, carreras de última hora y algún que otro perdido preguntando donde se encuentra el aula de examen. Un trámite que nunca he entendido muy bien, por el cual hay que pasar para optar a los estudios que más deseas. Te la juegas a un examen sin estar seguro de lo que acontecerá, te preparas concienzudamente, pero las malas pasadas te esperan a la vuelta de la esquina y en menos de lo que tardas en parpadear, tu sueño se desvanece, siempre te queda la universidad privada, pero esto es otra historia a los que no todos pueden acceder. Un alumno notable durante su trayectoria de estudiante puede verse abocado a la desesperación después de estas pruebas, que desde mi opinión pueden sustituirse por la media obtenida a lo largo de los años académicos, mientras, por el contrario, un alumno no tan notable, con un poco de esfuerzo, puede desbancar a aquellos que después de tanto esfuerzo acumulado durante años, donde el sacrificio fue constante, se ve frustrado a la hora de tener que escoger otra carrera de menor agrado. Puede parecer justo para aquellos que a última hora deciden poner en orden sus vidas, pero mi lectura ante todo esto, es injusto para aquellos que lo han dado todo para poder llegar. La balanza la inclina el Ebau (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad). ¡Os deseo mucha suerte a todos!
Lo más leído