Dulce resaca

07/12/2015
 Actualizado a 17/09/2019
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No sé si os habéis emborrachado alguna vez. Yo alguna que otra, sobretodo en mis tiempos más mozos y universitarios que ya quedaron atrás hace tropecientos años. Recuerdo de aquella época que había y supongo que seguirá habiendo, muchos mitos sobre la resaca. Lo primero que se me viene a la mente es el de que la peor resaca es la de cuando mezclas. No sé si será verdad o no, pero extrapolando, no le ha ido nada mal mezclar a la Deportiva esta semana. Saltó al mediodía nublado y húmedo de Ponferrada con un once que por distinto al del jueves, no era menos previsible. Quien más quien menos tenía una ligera idea del once en su cabeza, sólo faltaba por saber qué mediocentro y qué central iban a repetir con respecto a la Copa. Salvando esa duda, no creo que nadie vacilara al imaginar una alineación inicial para el partido de hoy. Ya casi sale de carrerilla, como esas que recitan los abuelos del Atlético Aviación de los 40. Que nos puede gustar más o menos, pero eso ya es harina de otro costal. Por supuesto a mi me ‘ponen’ mucho más Luka o Caiado que Berrocal, pero las coberturas a Antón en el minuto 85 no se hacen solas. Quiero detenerme un poco en los que repitieron antes de pasar a otra cosa. Miquel demostró, al menos al ojo del aficionado, que lo de Pavón como broma está bien, pero que ya perdió la gracia. Y ojo, que el granadino no lo hizo mal ni en Copa ni cuando salió por Adán, pero vamos, que puestos al lado uno de otro parecen los trajes de los payasos de Mikolor. El otro que repitió, Melero, ha cuajado dos partidos excepcionales. Lucha, brega, atención constante todo lo que se le exige a un mediocentro ‘perro’ pero también visión, toque, ritmo, lo que se le exige a un hombre de su calidad. Hoy por hoy, acusaciones de enchufismo aparte, merece ser titular. Se lo ha ganado.

El primero lo marcó Acorán, al que este año le ha costado bastante abrir la lata. Con el 1-0 la Deportiva dedicó su tiempo libre a pertrecharse, intentar robar rápido y abusar de la espalda de Lotiés que más que una espalda parecía una autopista de seis carriles. Yuri, al que estos partidos le encantan y siempre procura ponerse guapo para exhibirse en los mismos, se dedicó a dar una masterclass de juego al primer toque y buscar combinaciones y salidas rápidas. La mayoría de sus recursos ‘deluxe’ no acabaron de cuajar, pero no fue de esos días en los que abusa del taconazo inútil o de la filigrana tribunera. Todo lo que hizo tenía un sentido y un fin dañino.

El segundo fue de Álvaro ‘Sniper’ Antón, que al parecer ha venido aquí a calzarse ‘chirlazos de falta’ y goles olímpicos como quien no quiere la cosa para mayor regocijo de la parroquia blanquiazul. A los rojillos el segundo gol les hirió el orgullo e intentaron hacer frente a la situación, pero era demasiado tarde para ellos y tampoco es que su ofensiva funcionara a las mil maravillas. Mucha movilidad de Nino y Torres y muchos desmarques a la espalda pero todos desaprovechados.

La Deportiva salió algo menos decidida en la segunda mitad, y con el fuelle de Melero agotándose empezó a perder presencia en el medio. El cambio de Basha ayudó a paliar ese cierto descontrol que hubo algunos minutos, si bien el albano-suizo, no estuvo tan fino como el jueves, es una pena que tenga un físico tan limitado, porque calidad tiene a paladas, se apañó más que bien y además con presencia arriba. Yuri que trabajó mucho en el partido tiró la última carrera que le quedaba en el cuerpo para una prolongación magnífica de Berrocal que le dejó prácticamente solo ante Nauzet y tras marrar a la primera, remachó a la segunda.

Poco después fue sustituido con ovación igual o inferior a la que recibió el que entraba, Luka Djordjevic. «Lukita»se ha metido al respetable en el bolsillo a base de golazo y calidad. Si un tío lo primero que hace cuando sale al campo es dejar a otro solo delante del portero con una espuela, ese tío te gana. Por narices. Y si luego te da un recital de desmarques, visión de juego, asistencias que no fueron asistencias por el canto de un duro y de pillería como en la última jugada del partido, pues a ese hay que quererle. Fuerte además.

Os hablaba al principio de las resacas y de los mitos que hay con ellas. Otro de los que recuerdo es que para pasar la resaca hay que emborracharse otra vez, así no te das cuenta de que la tienes, y eso es lo que hizo la Deportiva, volverse a emborrachar. Esperemos que no sea para olvidar, porque esta Deportiva gusta de verdad.
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