Dos presupuestos y un destino

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, aprovechó ayer su visita a la comarca del Bierzo para detallar los presupuestos de la institución de la que es el máximo responsable en lo que tiene que ver con esta provincia. No hacía falta ser ningún lince para saber que la inversión económica de la Junta para el año que viene en esta provincia iba a ser positiva, sobre todo si se tiene en cuenta que el día que se iban a conocer el mismísimo presidente había anunciado su presencia en esta tierra. Y, efectivamente, los presupuestos son buenos, al menos sobre el papel. Aumenta la cifra global y, sobre todo, aumenta notablemente (un 54%) la inversión destinada a esta provincia, que se llevará uno de cada cinco euros que invierte la Junta, como le corresponde, ni más ni menos, por población. Si todos los años los presupuestos son, en cierto modo, un ejercicio de política ficción, en este caso lo son mucho más, tanto la Junta como los del Gobierno como los del resto de las instituciones que luego irán llegando en cascada, pues todos ellos quedan condicionados a la llegada de los famosos fondos de resiliencia procedentes de Europa. De este modo, los anuncios grandilocuentes y las críticas exarcerbadas no tienen demasiado sentido, puesto que, más que nunca, su éxito o su fracaso va a dependen de la capacidad para ejecutarlos de nuestras instituciones.