Dormir bien para mejorar el dolor cervical

Un estudio en el que colabora un investigador del Ibiomed revela que la probabilidad de que los problemas en el cuello se solventen es un 191% mayor entre quienes tienen buena calidad del sueño

Sergio Jorge
25/10/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Los dolores cervicales producen multitud de problemas sanitarios. | MAURICIO PEÑA
Los dolores cervicales producen multitud de problemas sanitarios. | MAURICIO PEÑA
¿Incide el dolor cervical o lumbar en la calidad del sueño? ¿Ayuda a mejorar estos problemas de salud si se duerme bien? Son algunas cuestiones que aunque parezca que están relacionadas, no siempre se puede comprobar, puesto que ha existido la duda de si se duerme mal porque existe el dolor o si el dolor empeora por dormir mal, es decir, qué es la causa y qué es la consecuencia. Por eso, hace ocho años la la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (Reide) diseñó una línea de investigación que ahora ha culminado con varios estudios científicos refrendados por el 'European Journal of Pain' y el 'Clinical Journal of Pain', y en los que participa el profesor Jesús Seco, médico y fisioterapeuta del Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de la Universidad de León. 

Esta investigación ha logrado demostrar que el 57 % de los pacientes con dolor lumbar, y el 62,7% de los que sufren dolor cervical, tienen una mala calidad de sueño. Pero también que la calidad de sueño al iniciarse el estudio predice la evolución del dolor cervical a lo largo de los tres meses siguientes, mientras que la intensidad del dolor no predice la evolución de la calidad de sueño. O lo que es lo mismo, que "la calidad del sueño es factor pronóstico en la evolución del dolor cervical", apunta Seco, también coordinador del estudio en Castilla y León.

Y es que uno de los aspectos más importantes de este estudio es que la probabilidad de que el dolor cervical no mejore, con independencia del tratamiento que se aplique, según explican desde la Reide,  es un 191,1 % mayor entre quienes tienen una mala calidad de sueño que entre quienes duermen bien. Esto supone que no tendrían validez otros efectos que podrían influir en la evolución del dolor, como la edad, los factores psicológicos como la depresión el catastrofismo, la intensidad del dolor, el grado de discapacidad o los tratamientos recibidos. 

La investigación en León contó con la participación de 66 pacientes en la provincia, y se ha postergado durante ocho años puesto que hubo que ampliar el estudio para "incluir a más enfermos y más variables", según explica Seco. Además, contó con la colaboración de otros tres facultativos más, Sergio Sánchez y Jesús Betegón, del servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule), además de Vicente Rodríguez, que en el inicio de la investigación trabajaba desde Ponferrada. 

Los estudios analizaron  en total la evolución de un total de 883 pacientes subagudos y crónicos (422 con dolor cervical y 461 con dolor lumbar), atendidos por fisioterapeutas, médicos de atención primaria y especialistas hospitalarios de más de 33 centros sanitarios de 12 comunidades autónomas. Para ello, se usaron métodos estadísticos que permiten analizar la relación entre el dolor, la incapacidad y la calidad del sueño, ajustando por las variaciones en otras variables que se recogieron porque se asumía que podrían influir en ellas (como la edad, la depresión y otras alteraciones psicológicas, u otras enfermedades). Además, se siguió a los pacientes durante tres meses, durante los que se determinó la evolución del dolor, la discapacidad y la calidad de sueño, para analizar cuál era el parámetro cuyo cambio precedía al de los demás.
Lo más leído