Donde Siempre es Verano

Por Ángel Suárez Corrons

Ángel Suárez Corrons
04/08/2022
 Actualizado a 04/08/2022
Carteles de 'Duelo al sol' y 'Lawrence de Arabia' | L.N.C.
Carteles de 'Duelo al sol' y 'Lawrence de Arabia' | L.N.C.

Lawrence de Arabia

Sólo con westerns y películas coloniales podría llenarse indefinidamente nuestra sección de películas tórridas, pero no haremos trampas, sólo dedicaremos el día de hoy a un ejemplo irrepetible de cada uno de ambos géneros.

Dentro de lo que podríamos llamar cine épico-histórico, ‘Lawrence de Arabia’ se encuentra en la cúspide de la gráfica. ‘Ben-Hur’, por ejemplo, es magnífica, pero se basa fundamentalmente en los gigantescos y suntuosos decorados y en escenas con tal número de extras que cuesta imaginar cómo se rodaron. Los personajes se limitan a servir a la épica visual. En ‘Lawrence de Arabia’, por el contrario, los paisajes extraordinarios e ilimitados, las trepidantes escenas de acción repletas de extras, se combinan con primerísimos planos, y se equilibran con un desarrollo de los personajes mucho más intimista y profundo. El resultado es que al verlas da la sensación de que, siendo ambas extraordinarias, ‘Lawrence’ es una película dos décadas posterior, cuando sólo se estrenó tres años más tarde. Si viajamos en sentido contrario, hacia el futuro, comprobaremos que cualquier superproducción histórica moderna palidece ante la obra de David Lean. Personajes planos para una sociedad plana que, eso sí, aún se queda boquiabierta por el simple hecho de que se puedan hacer maravillas con un ordenador, y que se traga sin protestar que los autores trasladen todas las neurosis políticas y sociales del siglo XXI a la época en la que se desarrolle la acción, sea ésta la que sea. A cuento de esta obsesión contemporánea citaré la respuesta del propio David Lean cuando los periodistas le preguntaron cómo un inglés había rodado una película sobre un personaje anticolonialista: «I am an entertainer», se limitó a decir.
David Lean consigue mantener el interés del espectador a través del desarrollo de su protagonista, un personaje complejísimo, a veces excéntrico, a veces heroico, al que seguiremos sin terminar de saber si se trata de alguien admirable o temible, como tampoco parecen tenerlo claro quienes al principio de la película asisten a su funeral.

El mérito, claro, no es sólo de Lean. La interpretación de Peter O’Toole es brillante, y se sostiene, además, sobre un plantel de acompañantes verdaderamente asombroso: Alec Guinness, Anthony Quinn, Omar Sharif, Claude Rains, José Ferrer…
Y para completar la tormenta perfecta, Lean se encontró en este trabajo con su director de fotografía perfecto, Freddie Young, y con una banda sonora de Maurice Jarre que hará que sintamos sed sólo con escuchar los primeros compases.

Duelo al Sol

Mientras que ‘Lawrence de Arabia’ no incluye ni una sola mujer en su extenso reparto, el western del que ahora hablamos se centra por completo en una mujer excepcional a la que no le vienen grandes ni Joseph Cotten ni el mismísimo Gregory Peck, ni siquiera a caballo o con la pistola al cinto. No en vano, ‘Duelo al sol’ fue una película concebida por y para Jennifer Jones, con la que el gran productor David O. Selznick mantenía una relación que acabaría en matrimonio tres años más tarde.

Estamos ante otra película épica y eminentemente tórrida. Selznick esperaba recaudar con ella más que con ‘Lo que viento se llevó’ (1939), y aunque no lo conseguiría, sí lograría un enorme éxito de taquilla, el respeto de la crítica que no se escandalizó por su tremenda carga erótica, y legar otra obra maestra a la posteridad, hasta el punto de que el propio Martin Scorsese declaró que se trata de la película que más le ha influido.
Perla Chavez (Jennifer Jones), una mestiza de oscura procedencia, es acogida por la familia del senador Jackson (Lionel Barrymore), un rico ranchero inválido, racista y endurecido. Bajo la protección de la esposa del senador, Perla tratará de integrarse en la vida del rancho, pero se verá en medio de un triángulo amoroso con los hijos de aquel, interpretados por Cotten y Peck.

En un espectacular vuelco interpretativo, Jennifer Jones había pasado de encarnar a Santa Bernadette Soubirous a una india consumida por el deseo, con tanto talento como el que demuestra Gregory Peck interpretando a un auténtico malo, en contraposición a los papeles cargados de nobleza con los que solemos identificarle.

Además del increíble plantel de actores, la película cuenta con la grandiosidad y con la profusión cromática de ‘Lo que el viento se llevó’, marca inconfundible del famoso productor. Aunque oficialmente se trata de un filme de King Vidor, actualmente se acreditan hasta siete directores, entre ellos el propio Selznick y Josef Von Sternberg, y tres directores de fotografía, lo que nos da una idea de lo conflictivo y complicado que debió ser el rodaje de la que en su momento fue la película más cara de la jamás realizada.

‘Duelo al sol’ es un western atípico, un gran melodrama hollywoodiense que podría haber escrito el propio Shakespeare, con algunos impactantes puntos de inflexión, con momentos divertidos, y con una tensión sexual impropia de la época en la que fue rodada. Toda una película tórrida bajo el ardiente sol de Texas.
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