Donde está el miedo

18/08/2020
 Actualizado a 18/08/2020
Guardar
Reflexión: ¿podría haber algo peor que esta nueva normalidad que sigue dejando un rastro de cadáveres tras de sí que vamos calculando acariciando los dedos temblorosos? Respuesta cuántica: Sevilla recoge 11 casos de afectados por el virus del Nilo que padecen otra enfermedad pulmonar con efectos graves. En Salamanca un hombre muere por fiebre hemorrágica Crimea Congo y, si tiramos hacia Asia, más cercana por la globalización y la pandemia, se deja ver el color de un brote de peste bubónica. Pensamiento: ¿Y ahora, dónde colocamos el miedo al que nos ha acostumbrado el cementerio del coronavirus? Razón: en lo que éramos, en lo que somos, porque lo de aprender de la adversidad cuando se hace en común parece que no funciona. Y así nos levantamos un día más, tapando sonrisas, saludando con las manos mutiladas, oliendo a miles de alcoholes de distinto padre y madre corriéndonos por las venas. Y pescamos un poco más de la salud, para respirar por encima de la mascarilla. Pero allí no hay alivio, que se lo digan a Peñalba. La tormenta, no metafórica esta vez, se ha hecho de nuevo con la carretera y la montaña salvaje vuelve a su sitio, otra vez…otro año, sin respetar prioridades en forma de virusni voluntades. Al menos hay teléfono y en eso sí que el rural va dando pasos. Venga, la de arena. Ya se habla hasta de 5G en Palacios del Sil. La carretera seguirá cayendo, pero lo podemos contar casi en directo. Cosas de la normalidad esa que aún se nos hace grande para tutear. Duda: ¿Será esto lo que nos esperaba detrás del individualismo tecnológico que hemos escogido? Realidad: Es un espectro de la desconfianza, del odio a nosotros mismos, unido al abrazo en el frente de batalla para paradoja del ego. Es un hoy extraño, donde las metas están difusas y se retuercen sobre las columnas de un mañana que no parece estar en este amanecer.
Lo más leído