Donde empieza el mar

04/08/2020
 Actualizado a 04/08/2020
Guardar
La poesía nace del agua, y la vida. Fluye en cada ola una libertad suprema, decorada por el salitre y acompañada por una fauna alegre. Qué sensación de infinito, de la nada o del todo, frente a un vaivén azul que cosquillea a la arena…Y ahí empieza el mar, en el mismo punto donde acaba la conciencia. Porque lo bucólico se entremezcla con la realidad en una dosis desequilibrada, cada vez más. El mar empieza en la alcantarilla repleta de guantes de plásticos volantes que, a capricho, deciden abrazarse a sus escuetas rejas intentando sobrepasarlas de un empujón de viento y volar a ese destino vacacional oceánico. Al lado del supermercado vuelvo a ver el mismo lienzo atrapado en la desidia. Fantasmagóricas manos que se rinden al calor de agosto y se matrimonian con el paisaje de plásticos antiguo y estanco. Y llegan las mascarillas para engordar la escena. Lo que recogió palabras bajo su manta higiénica ahora muere en el suelo, donde presumo que hará hogar, sin que nadie recuerde ni agradezca su finalidad inicial protectora. Cuatro siglos en deshacerse, para envidia de la carne, le quedan al elemento defensor sobre esa alfombra de asfalto que ya no se deja ver, taponada por la indecencia de quien subrepticiamente ha elegido dónde quiere que repose su sobrante.Lo que ya no tiene función queda a la espalda del mundo, que acepta todo sin ahogos, o al menos así lo ve la ceguera del egoista. Te abrazo cuando eres útil, te deshecho cuando ya no. Es el mantra repetido con objetos...y con personas. Y es allí y más allá donde la ignorancia se mece, también bajo las olas, y solo cuando toma forma de pandemia y acojona, es cuando se revela el arrepentimiento de haber llevado la mascarilla tapándonos los ojos. O tal vez no exista ese último paso de consciencia y nos ahogaremosleyendo el indicador del camino al mar, sin saber que es allí donde empieza.
Lo más leído