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Donaciones y escoceduras

05/04/2020
 Actualizado a 05/04/2020
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Que el Partido Popular de León está desnortado y anda, como el Gobierno, a remolque y a salto de mata, no es descubrir la cuadratura del círculo. La propia organización lo viene acusando desde hace varios años, sin que haya manera de que aplique –de que apliquen– el sentido común. La lógica. El caso es ahondar en los dimes y diretes, en los escándalos solapados –que afortunadamente para ellos no llegan a la mayoría de la gente– y en alguna que otra martingala conspiratoria, producto, todo sumado, de una anunciada descomposición interna.

Ahora, como hay quienes en el partido del charrán leonés no tienen otra cosa que hacer –algo muy habitual en su día a día– ponen la diana y los dardos (envenenados) en la figura del senador y alcalde de Almanza, Javier Santiago Vélez. Y lo hacen a la brava. Para fastidiar. Porque el regidor ¡vaya por Dios! ha tenido la idea –y la ha llevado a cabo– de donar material sanitario con el fin de mitigar, en lo posible, las necesidades y penurias –por culpa del coronavirus– de aquellos que vienen ocupándose de salvaguardar la seguridad de la gente. Por ejemplo, la Guardia Civil. Y otros colectivos más.

Y hete aquí, que en vez de apoyar el gesto y valorarlo –o, en el peor de los casos, guardar silencio– los cobistas arremeten con los deditos y el teclado contra el joven senador y, de forma literal, le ponen a parir. Pretenden triturarlo. Es una manera miserable de intentar desgastar su ascendente proyección pública, algo que les tiene preocupadísimos desde las últimas elecciones. No es la primera vez –y tampoco será la última– que le echan un pulso a la remanguillé –no importan las bellaquerías– aunque, de nuevo y por torpes, les ha salido el tiro por la culata.

Lo entiendan o no, que es lo mismo, cada uno con su peculio hace lo que le viene en gana. Y, en esta ocasión, Vélez ha hecho de su capa un sayo. A nadie tiene que dar explicaciones. Sin embargo, el altruista gesto ha escocido ¡y de qué manera! por su dimensión mediática en la provincia –la justa o menos– y, en paralelo, por la aceptación popular, reflejada mayoritariamente en las redes sociales. Y eso les altera. Por cierto y a raíz del asunto, de las ácidas e indecentes críticas hacía Vélez, ¿dónde estaba metido el presidente del PP y embajador de la Junta, que no cortó tamaña fechoría? ¡Qué cruz!

A partir de este momento a algunos –y a algunas– se las ha caído un poco más la careta. Les llega al ombligo y roza las zonas púdicas. Porque hay que tener cuajo y desvergüenza para decir que en política no se está para hacer donaciones. Por eso, la concesión de Javier Santiago les ha puesto entre la espada y la pared. En el disparadero. En román paladino, les ha jodido vivos.
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