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Doña Sirena y Don Benito

21/02/2022
 Actualizado a 21/02/2022
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Doña Sirena y Don Benitobuscan mejorar su situación, conscientes de que otros no pueden hacerlo. Su mejoría pasa por una modificación de su estatus con las herramientas legales existentes, a sabiendas de que otras herramientas legales existentes para otras parejas también existentes no puede utilizarse para una modificación de su estatus.

Don Benito y Doña Sirena son una paradoja en sí mismos, como esas comisiones y tratos de favor que en algunos casos resultan legales y éticamente intachables, mientras que en otros son moralmente inadmisibles y además ilegales. Por la forma de actuar de Don Benito y Doña Sirena yo diría que todo depende del nivel, así de clasista resulta esta pareja. En el barrio o en el pueblo los enchufes son motivo de indignación, pero si se dan entre gente que vive, por poner un ejemplo, en una ciudad a 300 kilómetros de distancia, los mismos vecinos ven esos beneficios de parte con mayor naturalidad, especialmente cuando hay alguna afinidad, por poner otro ejemplo, ideológica, con los amigos, familiares o quienes quiera que sean los que dan corriente al trifásico.

¡Qué cosas! Doña Sirena y Don Benito resultan tan graciosos, entrañables, de pueblos diferentes pero tan bien avenidos. Además lo tienen claro, porque clasistas como son, saben que si tuvieran más intereses, digamos que como Doña Casta y Don Leoncio, lo de modificar su estatus ya se les hubiera complicado mucho más y seguro que ya no eran tan simpáticos, porque en determinados marcos hay ideas que no encajan, que están mal vistas. No digamos ya en el caso de Doña Almudena y Don Jordi, que la cosa puede acabar con penas de cárcel.

Menos mal que todo esto son fabulaciones mías, bastante rudimentarias y hasta un poco rancias. Don Benito y Doña Sirena son serenos, nada de extremos ni duros y tan solo quieren para ellos una villa nueva. Como me decía la Tía Erótida, el casado, casa quiere.
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