Secundino Llorente

Diversificación y PMAR

06/08/2020
 Actualizado a 06/08/2020
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Al principio de los años noventa el Ministerio de Educación se saca de la manga un atajo para que aquellos alumnos que por causas diversas se encontrasen con dificultades importantes para superar el segundo ciclo de la ESO (tercero y cuarto) y no se vieran privados de obtener la correspondiente titulación del graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Este invento se llamó, hasta la llegada de la Lomce, ‘Programa de diversificación Curricular’. Estamos hablando de una medida educativa de carácter extraordinario porque antes ya se deben haber probado, sin resultado, todas las medidas ordinarias, incluso la repetición de curso, y ha quedado evidente que estos muchachos necesitan ayudas más específicas. Se trata de rebajar la dificultad con unos contenidos adaptados a las características de estos alumnos para que no se queden en la estacada a los quince años. Creo que fue una solución excelente de la que se beneficiaron muchos estudiantes y sin ella se habrían encontrado con demasiados problemas para acceder al mundo laboral. También tuvieron la suerte estos alumnos de ser grupos muy reducidos, diez de media, y de contar con un profesorado especialmente motivado y profesional que les hacía su vida en el centro muy agradable. Solía ocurrir así en todos los centros y doy fe de ello en el instituto Lancia.

Aquel sistema funcionaba. Puedo asegurar que, gracias a él, como director, pude firmar muchas titulaciones de la ESO que de otro modo se podrían haber quedado en un temprano abandono escolar. Pero hace siete años llegó la Lomce y con ella un PROGRAMA DE MEJORA DEL APRENDIZAJE Y DEL RENDIMIENTO EN ESO (PMAR) para sustituir a los antiguos Programas de Diversificación Curricular. Son dos sistemas idénticos porque también se trata de una medida de atención a la diversidad en el centro que pretende que los alumnos consigan las competencias básicas que les permitan continuar sus estudios en ‘cuarto de ESO’ con el resto de sus compañeros. Ahí precisamente está es la principal diferencia: la Diversificación les daba el título, pero el PMAR sólo permite a los alumnos acceder a cuarto de ESO.

El PMAR se lleva a cabo con alumnos de segundo y tercero de ESO que cumplan unos requisitos como haber repetido al menos un curso en cualquier etapa o haber cursado primer curso con dificultades no imputables a falta de estudio o esfuerzo o existir una previsión clara de riesgo evidente de que no van a poder conseguir el graduado en la ESO con el currículo ordinario. Se trata de una medida de atención a la diversidad que pretende facilitar a estos alumnos cursar el cuarto curso por la vía ordinaria y finalmente poder obtener el título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Todo muy parecido a la Diversificación. La mayoría de las asignaturas son impartidas por profesores especialmente preparados y en un grupo muy reducido con un máximo de 15 alumnos y que normalmente no superan los diez, es una formación casi individualizada. Al resto de asignaturas como las optativas, educación física, música o tutoría asisten con el grupo ordinario, normalmente de treinta alumnos.

Al final de segundo de PMAR (3º de ESO), si el alumno promociona, como suele ocurrir, recibirá un consejo orientador que se entregará a sus padres que incluirá necesariamente la propuesta de itinerario de 4.º curso de educación secundaria obligatoria más adecuado o, en su caso, la recomendación sobre la incorporación a un ciclo de formación profesional básica. Ya en cuarto de ESO los alumnos tienen que escoger o bien el itinerario de enseñanzas académicas o bien el itinerario de enseñanzas aplicadas. Lo más importante es que cualquiera de los dos itinerarios ofrece la capacidad suficiente para titular y conseguir el Graduado en Educación Secundaria. Es necesario tener en cuenta que el itinerario académico está pensado para acceder a Bachillerato; mientras que el itinerario aplicado lo está para acceder a Formación Profesional de Grado Medio y este es el elegido por casi todos los alumnos que vienen de PMAR. No todos los jóvenes deben aspirar a ser ingenieros, arquitectos o médicos también son importantísimos los mecánicos, electricistas, fontaneros o albañiles. Es más, si el éxito se mide por su felicidad, no tengo muy claro quién va a tener más éxito.

Recuerdo que cuando recomendaban a un alumno pasar al grupo de diversificación o PMAR los padres solían venir preocupados al despacho para saber de qué iba eso. Yo siempre los animé a seguir este ‘atajo’ más fácil y seguro para conseguir el título y, consecuentemente, acceder muy pronto a un trabajo que realmente gustase al alumno. También reconozco mi especial simpatía y cariño por estos alumnos que, no serían brillantes ni excelentes en matemáticas o biología, pero tenían otras virtudes que atraían el afecto, el halago y el mimo del profesorado del centro. Gracias, alumnos de PMAR, por vuestra nota de generosidad, alegría y felicidad que aportasteis al instituto. Gracias al Ministerio de Educación por inventar la Diversificación o el PMAR.

El mantra de la inclusión echa por tierra estos dos programas. En este final de curso muy especial por el coronavirus me da pena tener que confirmar la desaparición del PMAR. Ojalá me equivoque, pero creo que muy pronto estos programas pasarán a la historia. Tengo muchas dudas de que los futuros alumnos que quisieran matricularse en diversificación sean tan felices y tengan tanto éxito en el grupo ordinario del futuro como el que han tenido durante treinta años en su grupo específico de diversificación o PMAR.

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