Distopía

Para los que no estéis muy puestos en el término, una distopía es una realidad ficticia que es indeseable en sí misma. Es decir, un mundo en el que a nadie le gustaría vivir. Me acabo de terminar una serie brutal, increíble. Y necesito compartirlo aquí y ya de paso, recomendárosla encarecidamente. Se trata de ‘El Cuento de la Criada’ basada en la novela de Margaret Atwood que lleva el mismo nombre. El libro es de 1985, pero pone sobre la mesa temas que bien se podían considerar premonitorios para su época. La serie llega en 2017 y desde el primer capitulo te hace pensar sobre si realmente está contando una historia ficticia o si es algo que podría ocurrir mañana. Y hablamos siempre del mundo occidental, ya que la serie se desarrolla en la República de Gilead (lo que en realidad es EEUU) gobernada por una dictadura teocrática en la que las mujeres han sido relegadas a meros adornos de la sociedad. No pueden tener propiedades, ni trabajo, ni acceso a su dinero. Pero no es sólo eso: el país sufre una crisis de fertilidad global y, antes situaciones extremas, soluciones extremas. Se alza en el poder un gobierno de ideas religiosas extremistas y puritanas y todo el mundo rige su vida bajo los preceptos de la Biblia. ¿Tampoco nos suena a chino esta historia no? Cosas parecidas pasan aquí, no tan lejos. Esa crisis de fertilidad hace que, todas aquellas mujeres que aún tienen la ‘suerte’ de poder concebir descendencia, se conviertan en criadas y sirvan a familias de alto rango para que se obre el milagro de darles hijos. Para ello son violadas por los maridos, en complicidad de sus mujeres que sólo tienen ese objetivo: tener familia. Y aunque el papel de las criadas parezca el más terrorífico, que lo es, nadie en esa sociedad es feliz. Se plantean muchos debates morales que aún no se sabe como acabarán, pero igualmente Atwood crea una protagonista maravillosa que, dentro del desastre, nunca baja los brazos. Esa fortaleza propia de mujeres valientes que sobreviven a la adversidad y salen fortalecidas. Tienen que verla.