Distintas formas de tomar Madrid

21/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Madrid ya no es una conquista. Ir a la capital ya no es emigrar, está ahí al lado, a la vuelta de la esquina, incluso antes de que el AVE te lleve a desayunar a la capital y regreses a tomar los vinos de por la tarde en el Húmedo, el Romántico o en tu barrio.

Ya no es noticia ir a Madrid. Ni lo cuentas en la taberna, si acaso para justificar que te retiras pronto a tus aposentos porque tienes que madrugar.

Pero sí es noticia cómo vas a Madrid, a qué, con qué motivo.

Se puede ir conbufandas y a voces cuando la Cultural juega con algún filial capitalino. Puedes hacerte el bravucón en algún bar diciendo que aquellas tapas nada, donde estén las de León. Llenas las calles de cánticos de «¡Aúpa Cultu!» o «ra, ra, ras» y nadie mira, aquellas gentes están hartas de ver pasar fiestas o reivindicaciones que se las traen al pairo, ellos lo que quieren es poder aparcar, como todo el mundo.

Y sólo miran cuando tomas Madrid con el orgullo y la dignidad de aquellos 500 mineros de La Marcha Negra. Aquel día sí se dieron la vuelta, aplaudieron y abrazaron.

Ayer lo tomaron otros leoneses con la fuerza de la historia, acudieron a la cuna de la ciudad con su cuna del parlamentarismo, y también se ganaron las miradas de las gentes sobre sus pendones y emblemas.

Pero si quieres una apuesta segura, la que nunca falla, pasea un mastín leonés allí donde te de la gana y al minuto tendrás que hacer corro.
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