Distintas formas de mirar la vida

10/06/2021
 Actualizado a 10/06/2021
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El poeta Julio Llamazares, que ha escrito la mayor parte de su obra en prosa, publicó no hace mucho un libro sobre las distintas formas de mirar el agua. Si sabrá él de lo que habla que, seguramente, el primer agua que vio fue aquel que venía a tapar su pueblo, su casa, su memoria y la vida y vivencias de sus vecinos.

Así las formas de mirar el agua eran realmente las formas de mirar la vida, especialmente desde ese mundo rural que, insiste una y otra vez, nos vamos cargando con las sucesivas plagas de León: los pantanos, las torres de alta tensión, los molinos eólicos y, sobre todo, el desprecio con el que los colocan, destruyendo lo único que sobrevivió al olvido, la naturaleza.

Las miradas nunca son solo miradas, son formas de mirar la vida y lo que ocurre a su alrededor. Mira estos cuatro, corrieron a mirar por el hueco de la valla nada más que escucharon el sonido del coche y cada uno miraba de una manera diferente:uno ladraba, otro vigilaba, tal vez el tercero desconfiaba y un cuarto miraba al cielo.

Distintas formas de mirar al forastero. Nada que ver las miradas de estos cuatro con una quinta que encontramos unos días más tarde, en la misma postura y en otra valla, pero alrededor se escuchaba un fuego avanzar hacia él mientras se escuchaban explosiones de motores al quemarse.

Y a cada segundo la mirada del perro era distinta, muy distinta, como si aquel fuego fuera el agua que un día tapó la casa del poeta.
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