Disfrute retroactivo

Si hasta esta hora no lo había leído o escuchado, despreocúpese ya, y si ya lo había escuchado o leído ahí va otra vez.

—Hola ¿qué tal? ¿Cómo estás?

—Lo voy llevando.

—¿Te sorprende que te escriba?

—Tampoco, porque desde hace mucho te ganas la vida con ello.

—Tanto tiempo no es normal.

—Totalmente, son 37 días ya.

—Pues es que estaba aquí solo.

—Y deberías estarlo en tú casa, ni se te ocurra salir.

—Me había puesto a recordar.

—Como todos hoy...

—Me entró la menlancolía y te tenía que hablar.

—Venga,desahogate y saca el arco iris a la ventana, ya te pasaré la receta cuando podamos salir. Pero antes de que arranques, te diré que claro que recuerdo aquella cabaña de Turmo y otro millón más de cabañas que probablemente ni existan ¡Síiiii! Es 20 de abril. Y no, no tengo críos, y cada vez menos ganas de hablar de ello. Al tío ese lo conocerás seguramente de 'estalkearme' el Facebook y más te vale que con que sea divertido no quieras decir que sea un payaso, que nunca fuiste muy fino con las metáforas. Suerte tienes de seguir currando en lo mismo y mi conciencia ya estaba bastante desordenada mucho antes de escuchar tus palabras. Es genial que no te canse la música, así que mejor no pruebes a sintonizar hoy ciertas emisoras. Sigue con tus canciones si quieres y yo ya veré que hago con mis sueños, que estos días andan un poco trastocados entre la falta de actividad física, la primavera que no estamos viendo y las horas comiendo techo. De todos modos, gracias por escribir. De verdad. Leer, escuchar una carta llega más que los 387 mensajes del grupo que te has perdido por dejar el móvil 10 minutos. Bueno, majete, estáte tranquilo y ponte contento, aunque creo que hoy nos sentimos más cortos que celtas. Ya te dije, han pasado 37 días como han pasado 30 años. Acuérdate: Disfrutar la vida, moñas, nunca tendrá carácter retroactivo.