Diputación renovará un millar de señales viales en el Bierzo

La Diputación de León instalará y renovará más de un millar de señales viales en el Bierzo. Así lo ha anunciado el servicio de Fomento de la institución provincial, que destinará un total de 1,2 millones en mejorar el balizamiento y la señalética de las carreteras provinciales.

Así, Diputación prestará especial atención a las carreteras de la comarca, que contarán con un nuevo equipamiento y hasta 1.272 señales nuevas o renovadas. «Esta nueva señalización comprende paneles direccionales, señales de información y orientación, hitos de kilómetros, señales de obra y demás elementos necesarios para garantizar la seguridad y la información en las carreteras de la provincia», explican desde el Fomento, que recuerda que el Bierzo acaparará más de un cuarto de las 4.000 señales verticales que se renovarán en toda la provincia.

Y es que Diputación se ha propuesto la «modernización» de la red provincial de carreteras. De la institución provincial dependen más de 3.300 kilómetros de viales, en los que se quiere impulsar la seguridad vial.

Para ello, Fomento considera clave la renovación de la señalización. La principal partida para el año 2018 se destinará a la colocación de barreras y elementos de contención en puentes, con un importe previsto de 412.000 euros. Estas actuaciones, actualmente en fase de tramitación de pliegos para el suministro, se divide en dos sectores, zona oriental y occidental, con un importe ligeramente superior para la zona occidental con 212.000 euros.

La otra gran dotación presupuestaria se destinará a mejorar la señalización horizontal a través de la pintura y marcas viales en las carreteras. En este caso, la partida de 280.000 euros se repartirá en dos ejercicios, 2018 y 2019, para adecuarlas a las exigencias.

Por otro lado, Diputación sigue trabajando en colaboración con el resto de administraciones territoriales para encontrar una solución definitiva a los derrumbes en la carretera de acceso a Peñalba de Santiago, que durante las últimas semanas de junio y las primeras de julio tuvo que ser cortada al quedar sepultada por piedras y barro que se deslizaron por la ladera a causa de las fuertes lluvias que cayeron en la comarca durante el principio del verano.