Que a mediados de octubre hablar del Abanca Ademar sea hacerlo irremediablemente de una crisis no es para nada una buena noticia. La derrota ante el Skjern, el espejismo de Zamora y especialmente los partidos en el Palacio ante Elverum y el miércoles contra el Guadalajara llevan al equipo leonés a atravesar su peor momento desde la llegada de Rafa Guijosa al banquillo.La exigencia de dos competiciones ha hecho mella en un equipo muy joven y sin experiencia en estas situaciones, lo que lleva al conjunto leonés a remar ya contracorriente en los dos frentes que tiene abiertos. Si bien es cierto que en la Asobal aún restan muchos meses de competición y no hay nada perdido, el Abanca Ademar afronta este domingo en Bucarest un partido que sí que puede marcar su futuro en la Liga de Campeones.
Los leoneses viajan a Rumanía prácticamente sin margen de error si quiere terminar ocupando una de las dos primeras plazas del grupo que dan acceso al ‘playoff’ por los octavos de final de la máxima competición europea. Perder no dejaría eliminados a los leoneses, pero sí les dejaría ya a falta de toda la segunda vuelta obligados a ganar todo lo que resta y además ahondaría en la herida de un equipo tocado en lo anímico tras lo ocurrido en las últimas semanas.
Empatados a puntos, los dos equipos se juegan sus opciones en el grupo con la presión extra para los localesEn el otro lado, una victoria volvería a meter de lleno al Abanca Ademar en la pelea de un grupo tremendamente abierto y que tras la derrota del Skjern en Kadetten lo está aún más, suponiendo además toda una inyección de confianza para un equipo que la necesita también pensando ya en el partido ante Anaitasuna del próximo miércoles.
Sin embargo, no lo tendrá ni mucho menos fácil el equipo leonés en seguramente la cancha más ‘caliente’ del grupo y ante un conjunto que con los mismos puntos que el Abanca Ademar se juega ante los suyos también sus opciones de seguir vivo en Europa.
El equipo rumano que entrena Eliodor Voica puede parecer a priori el rival más sencillo del grupo, pero nada más lejos de la realidad y más aún ante su afición, donde ya ganaron al Kadetten (29-28) y a punto estuvieron de lograr algo positivo ante el Gorenje Velenje (26-27).
Bajando mucho su rendimiento fuera de casa, sus opciones pasan por su condición de local planteando hasta ahora partidos tremendamente físicos, duros por momentos, que llevan al Abanca Ademar a concienciarse de que lo que se librará en el Dinamo Arena será una auténtica batalla.
La primera línea rumana junto a su pivote Mocanu suponen los grandes peligros de un equipo muy físicoUn equipo cuya base es rumana, que cuenta con un buen número de jugadores iraníes que conoce bien Rafa Guijosa tras su paso por la selección árabe y la calidad del francés Descat, el serbio Boskovic (único zurdo de la primera línea), el ruso Komogorov y el central bielorruso Gayduchenko. Ellos, junto al pivote Mocanu y los hermanos Esteki son los grandes peligros de un equipo en el que también será clave la aportación del gigante Ionut en portería. Vienen los rumanos de sufrir también una dolorosa derrota entre semana tras caer ante su principal rival en el campeonato nacional, el CSM Bucarest de Leo Santos y Antonio García.
Sin embargo, dejaba claro el técnico del Abanca Ademar que si algo le preocupa del partido eso es su equipo. Necesita el equipo leonés soltarse, no pensar en lo ocurrido hasta el momento y jugar con desparpajo y sin presión.
Recuperar la mejor versión tanto de los jóvenes (Costoya, Cupara, Mario López...) como de los más veteranos (Juanín, Simonet, Vieyra...) así como que la rotación dé un paso adelante para el equipo será clave para tratar de sumar la segunda victoria en Liga de Campeones, la primera lejos del Palacio.
Aguantar la intensidad física de los rumanos será clave en un equipo muy cargado de partidos pero que pronto podrá disfrutar de dos semanas de descanso. Rafa Guijosa solo tendrá la duda de Jaime Fernández, tocado en su isquiotibial, pero que forzará si lo considera necesario el técnico.