Diez pautas para controlar los gastos en Navidad

La Navidad está a la vuelta de la esquina y con ella llegan los temidos gastos: la compra de regalos para que nadie se quede sin su paquete en Papá Noel y Reyes; las salidas con amigos y familiares que hace tiempo que no se ven; el cotillón; los viajes o las compras en grandes superficies comerciales para que no falte de nada en las mesas navideñas: turrones, cava, dulces; y un largo etcétera. Para que la economía doméstica no se resienta, esos son sus consejos:

1) Planificar el presupuesto: El gasto medio por persona será similar al del año pasado, rondará los 209 euros por persona, según un estudio realizado en 2014 por la plataforma Doofinder. Para no sobrepasarnos, lo idóneo es sacar la calculadora y establecer un presupuesto en función de los gastos domésticos, destinar una cuota para regalos, para viajes o para cenas y comidas. También se puede poner un límite a la tarjeta de crédito para no pasarse del presupuesto.

2) Controlar los gastos: Es importante tener en todo momento consciencia del gasto que se está realizando, por lo que conviene apuntar cada compra que se haga durante la Navidad. Hoy en día ya existen herramientas propias de las cuentas bancarias que permiten etiquetar los gastos para conocer en qué se emplea el dinero, como la de Self Bank, o aplicaciones móviles para gestionar el dinero.

3) Buscar ofertas: Navegar por la web es una oportunidad para encontrar ofertas, comparar precios entre distintas plataformas o encontrar regalos originales de artesanos a precios asequibles. El comercio online está lleno de posibilidades. Además, si se compra con tiempo, muchas páginas web no cobran los gastos de envío.

4) Comprar con antelación: Muchas tiendas aumentan los precios de los juguetes cuando se acercan las fechas navideñas. Si se escribe la carta a sus majestades de Oriente o a Papá Noel con tiempo, se podrán adquirir con antelación y ahorrar costes.

5) Viajes más baratos: Si se va a salir de la ciudad, se puede planear un viaje de bajo presupuesto, como puede ser una escapada rural a lugares cercanos. También se puede optar por los denominados ‘social travel’, consistentes en utilizar las redes para buscar destinos, compartir medios de transporte o alojamiento a través de plataformas como Blablacar, couchsurfing.com o airbnb.

6) Apuntarse al «Hazlo tú mismo»: Para reducir el presupuesto destinado a los regalos o a la decoración navideña o de cenas y comidas, una buena opción es apuntarse a la moda de «DYI (Do it yourself)». Es una buena ocasión para reciclar materiales viejos, para realizar un taller de manualidades con tus hijos y familiares, o como entretenimiento en los momentos libres.

7) Planes de ocio gratuitos para todos: Durante estas fechas existen numerosos planes de ocio gratuitos para toda la familia, organizados por diversas entidades, como pueden ser teatros navideños, visitas a belenes, actuaciones de villancicos, etc.

8) Optar por el amigo invisible: Para no tener que comprar un regalo para cada miembro de la familia (abuelos, padres, hermanos, etc.), una opción más económica es decantarse por hacer el llamado «amigo invisible». Así, cada miembro de la familia le regala únicamente a otro, reduciendo el número de presentes a familiares.

9) Organizar los menús navideños: Decidir cuál va a ser el menú de estas fiestas y hacer una lista de la compra para no llegar al supermercado y adquirir productos no deseados. Esto ayuda a controlar qué se va a comer cada día. Se debe tener en cuenta que productos como el marisco o ciertos pescados o carnes, como el cordero, incrementan enormemente su valor en estas fechas, por lo que si se tiene una buena organización de las comidas se puede comprar con antelación a un precio más bajo y congelarlo hasta la fecha. Si se llega tarde y los precios ya están por las nubes, es mejor elaborar un menú más económico pero que no deje de ser exquisito. En Internet se pueden encontrar numerosas recetas deliciosas y a bajo coste.

10) Compartir y reutilizar: Compartir los gastos entre amigos y familiares para reducir los costes de las comilonas, aportando cada uno una parte del menú: uno lleva el vino, otro el postre, otro los entrantes… es una manera de dividir el gasto. Además, en estas fechas suele sobrar bastante comida que se puede reutilizar elaborando nuevos platos para los días posteriores.