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Días de tormenta

05/07/2018
 Actualizado a 07/09/2019
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Ha amanecido un precioso día de verano típicamente asturiano. Nubes, tormentas, agua, granizo, oscuridad, frío, viento, más granizo, lluvia, agua, oscuridad, tormentas… Antes fue lo mismo, pero con tormenta política provincial añadida. Casi nada sabemos, aun, de lo sucedido. Ninguna explicación dada, a lo sumo la disculpa idiota de quien se contenta con decir que en su (nuestro) ayuntamiento solo ha entrado la Policía Nacional en busca de informes y papeles, como si de ese modo quedaran limpios de polvo y paja ¡Ya veremos!

Tenemos tan arraigada la corrupción en nuestra suciedad (perdón quise decir sociedad) que ya casi nada nos extraña, ya casi nada los avergüenza. Nos dicen que hacen lo que hacen, que promueven lo que incentivan, que apoyan y ayudan a desarrollar medidas de seguridad, de igualdad, de servicio público, cuando en realidad solo buscan nuevos modos de robarnos, de quitarnos, de impedirnos. Todo les parece poco. Son gente que vive desahogadamente, que reciben dineros públicos por servirnos desde sus cargos temporales, pero una vez que alcanzan el poder, su ridículo poder, se olvidad de toda su dignidad, si la tuvieron, y atropan todo cuanto pueden, aun sabiendo que se lo están quitando a sus representados. Nada les importa, es tal su vileza que se regocijan en el daño ajeno sabiéndose protegidos por un sistema tan corrupto como ellos, que no los arrastra a las galeras del olvido y el oprobio infinito.

Nuestra memoria no puede ser tan frágil como para olvidar todo lo que nos están haciendo, todo el daño causado, escudándose en su desconocimiento de la ley y de los procedimientos, como si a ellos no les fuera obligado lo que es de obligación para todos. ¿Para cuando la doctrina de ‘infanta tonta’ y de ‘cuñado ignorante’ nos afectará a todos?

Saldrán a la calle y volverán a recibir el trato que no merecen, ellos que debieran esconderse y no permitir que el sol cegara sus ojos hasta pasadas décadas de luz, sin tormentas, sin nubes, sin…
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