07/01/2020
 Actualizado a 07/01/2020
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Al atraco habitual de turrones y langostinos, siempre nos acompaña el de los mensajes navideños. Ya sean ofrecidos en telefilmes edulcorados que saturan las parrillas televisivas o en emplazamientos publicitarios (esos que hace mucho que aprendieron cuánto beneficia a las ventas adornar jamones, jabones y perfumes con todo tipo de proclamas de paz, solidaridad y buenismo en general),imprimen un carácter a las Navidades de dulce ingenuidad y nos sitúan en un lugar que no existe, en el que el egoísmo y la violencia no tienen espacio ni función alguna.

Pero este año parece que no todos los minutos televisivos han sido para tan entrañable empeño. Junto a las luces de navidad, los informativos y los programas en los que hacen carrera los tertulianos han sido dominados por la ira. Cuesta recordar un momento en el que, como en estas últimas semanas, se hayan oído tal cantidad de hipérboles mentirosas, de insultos agresivos, de maldiciones y anatemas. Algunos parecían empeñados en relacionar la Navidad con el Apocalipsis y otros en confundir el antiguo principio cristiano sobre la Verdad, con el postcristiano y postcontemporáneo de la no-Verdad.

Aquí se ha mezclado todo, traiciones a la patria y armagedones económicos. Se ha confundido a autonomistas con independentistas. Se ha prostituido la Constitución convirtiéndola en algo que se puede leer de abajo a arriba o de arriba abajo, según interese. Se ha deshumanizado al contrario convirtiéndolo en poco más que un macho cabrío en un aquelarre. Se ha banalizado en dolor del terrorismo y la muerte. Y sobre todo se ha iniciado una senda que poco bueno habrá de traer. Posiblemente solo más mentiras e ira.

Es como si unos hubieran abandonado la religión que dicen profesar, entregados al pensamiento mágico y al tribalismo. Y otros, amantes de la racionalidad, hubieran confundido esta con el interés, pues no hay nada que pueda ser más del común que la razón. Una perturbadora manera de empezar el año, al que puede que no le sobre un día, sino 366.
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