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Días de debates, charlas y porras

25/05/2019
 Actualizado a 15/09/2019
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El pasado jueves donde Alsina, comentaba el hijo adoptivo de León, y seguramente uno de los mejores embajadores de lo nuestro, mi querido Fernando Ónega, que el cura de su pueblo les decía que votar era como el tráfico. Si vas por la izquierda mal, porque te puede venir un coche de frente, si circulas por el centro, asumes bastantes riesgos; por lo tanto, la mejor opción siempre es la derecha.

Esa derecha tan fragmentada se presenta mañana a unas elecciones, con la duda de si el partido popular de Silván es capaz de aguantar el arreón socialista de José Antonio.

Yo no soy politólogo, ni sociólogo como mi tío Maxi, que durante estos días ha realizado un gran trabajo de campo, únicamente armado con su libreta y la Montblanc, encuestando al personal por las distintas calles y plazas de la ciudad. Mi reflexión es más simple, fruto de cafés, cañas y chafardeos varios con paisanos y compañeros.

En mi opinión, hay principalmente cuatro condicionantes que inclinarán la balanza, otro asunto serán los pactos, y ese partido que no tiene claro aún con que mano va a coger la muleta.

Los estudiosos de las encuestas dicen que la alta participación beneficia al centro izquierda, porque es mucha más la gente que comparte ese ideal. De ahí los resultados de las pasadas elecciones generales. Aquí entra en juego la segunda variable, y quizá la más importante para Antonio Silván. ¿El soufflé bajará? ¿Repetirá Vox los casi diez mil votos en una campaña en la que no se les ha visto el pelo?

Un deseado granero de votos, que pueden volver a casa o quedarse en casa.

Y también debemos valorar el papel de la UPL, quienes no participaron en las anteriores, y por tanto, todos los votos que se lleve Sendino se los quitará a los actores del 28 A.

La disgregación de la izquierda en tres partidos, Podemos, IU y Actúa, el partido del rosaventero Santi Ordóñez, tiene parroquia fiel como para tenerle en cuenta.

No les mentiré si les digo que, para los que nos gusta esto de la política, estos días de debates, charlas y porras, son apasionantes, hasta el punto de que cuando el domingo todo finalice y se esfume la adrenalina, nos costará seguir el día a día tan convencional.

La España vaciada empezó en los pueblos y poco a poco en silencio nos va atacando a las capitales de provincia. La despoblación ya no es sólo un asunto de los pueblos. Nos jugamos el futuro de nuestros hijos y de nuestros mayores, de León, de la mejor ciudad, donde queremos vivir y donde queremos que vivan nuestros hijos.
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