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Destino: La Magdalena

13/12/2018
 Actualizado a 16/09/2019
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Cuando visitamos el pueblo de La Magdalena tomamos conciencia de lo que es el declive de una zona de montaña que podría tener otras posibilidades. La proporción de casas cerradas es alta, la calidad de urbanización es manifiestamente mejorable y la presencia humana escasa. Sin embargo un examen somero descubre que podría tener más vida aprovechando mejor los recursos de la zona, que son superiores a los de muchas otras.

La Magdalena es la referencia de un área en la que abundan los recursos turísticos. Cerca está el desfiladero de Los Calderones, un itinerario que no podría comparar con nada conocido. Es un recorrido accesible y fácil, a menos de 25 kilómetros de León ciudad. Solo por sí mismo constituye un atractivo capaz de arrastrar numerosos excursionistas a los restaurantes de la zona, si se promociona.

Pero Los Calderones es uno de varios accesos al macizo del Fontañán, un área montañosa que fue bastión en la Guerra Civil. Por eso contiene un itinerario de fortificaciones y barricadas en medio de un espacio de montaña de gran belleza. Por si fuera poco, a unos kilómetros encontramos los restos del castillo de Alba, encaramados sobre una cantera. Es uno de los más antiguos de León, del Siglo IX, con vistas espectaculares desde su cima rocosa. Accesible a través de los propios caminos de la explotación de caliza, bastaría con una negociación con la empresa para que se abriese un acceso hasta este mirador histórico panorámico y singular.

Pero poco más al sur de La Magdalena, siguiendo el curso del río menos de 5 kilómetros, se encuentra uno de los parajes de ocio y naturaleza más accesibles de León: el embalse de Selga. Es la presa más pequeña entre las grandes, llena de peces y aves migratorias. Tiene accesos preparados para la pesca e incluso se podrían conseguir permisos para otros usos que aumentasen su atractivo. Y aún podría citar más oferta, pero quiero pasar al análisis de la ubicación.

Es incomprensible el estado de abandono de La Magdalena en estas condiciones porque incluso dispone de una salida de autopista en el propio pueblo. Además se encuentra cerca de León, lo que permitiría tomar una o varias copas a cualquier turista que lo desease y que pernoctase allí. Tampoco se entiende el descuido en la conservación de la arquitectura popular en el propio pueblo y su entorno. Es el turismo su mayor recurso, pero nadie acude a pueblos feos y La Magdalena no está cuidado.

Menos se entiende que no exista un plan de comunicación específico que muestre todas las posibilidades del lugar. Está claro lo que hay que hacer, pero de nada sirve si no nos ponemos a ello.
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