Despoblación vírica

Los pueblos siguen monopolizando la inmensa mayoría de la crisis demográfica leonesa. Solo la aplicación de urgentes medidas de estado podría evitar el cierre de centenares de pueblos de la provincia en las próximas décadas

El municipio más pequeño de la provincia también es el que sufre mayor caída porcentual en su padrón
02/01/2021
 Actualizado a 02/01/2021
De lo poco que no cambió el aciago año 2020 fue el incesante avance de León a su cataclismo demográfico. Todavía a falta de que los datos reflejen el incremento de mortalidad derivado de la pandemia del coronavirus, el Instituto Nacional de Estadística contabilizó otros 4.562 leoneses menos en un año. Números que se están convirtiendo en rutina cada vez que se publica un estudio de este tipo pero a los que, al igual que a los muertos diarios derivados del Covid, nunca nos debimos acostumbrar.

Especialmente desquiciante es la situación en el medio rural, el cual monopoliza hasta el 90 por ciento de la caída del padrón provincial. Y es que a perro flaco todo son pulgas. Que se lo digan a los vecinos, 34, de Escobar de Campos. El municipio más pequeño de la provincia también es el que sufre un mayor descenso porcentual de su padrón. La ‘carga vírica’ de la despoblación hace que se ensañe más y más con sus víctimas preferidas: los pueblos.

Parece que a nadie le corre prisa administrar vacuna alguna a esta otra ‘epidemia’. Sin embargo, ante una situación que se agrava cada año con la actualización de los padrones municipales ya solo queda que aplicar medidas de estado para evitar el cierre de centenares de pueblos en las próximas décadas. Los grandes males necesitan grandes remedios y los necesitan cuanto antes. Y, desde luego, que para León no hay otro mal como este.
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