18/11/2021
 Actualizado a 18/11/2021
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Hoy tengo prisa y no me da la cabeza para pensar sobre lo que escribir..., pero tengo que hacerlo y no se me ocurre nada mejor que daros la paliza sobre la ‘desinformación’, maldita palabra. El pasado fin de semana, en Valencia, cuatro doñas, dueñas absolutas de la política feminista, parieron un proyecto de partido que dejará, por obsoleto, a Podemos a los pies de los caballos. En la ciencia política, esto se llama ‘regeneración’; o sea, volver a construir un proyecto sobre las mismas bases del anterior pero cambiando las caras. Uno, la verdad, es que se fía poco de las mujeres que se dedican al innoble arte de la política, ¡qué le vamos a hacer! Seguramente será mi pasado machista, pecado con el que tengo que sobrevivir solo por ser hombre. El caso es que, al salir del conciliábulo, se dieron un pequeño baño de masas. Habría cien o ciento cincuenta de los suyos esperando a que apareciesen para aplaudirlas. Estos prendas se hallaban a menos de quince metros de ellas y prorrumpieron en un aplauso que no tenía fin. Un reportero de ‘Ctxt’, una publicación afín a Podemos y lo que sociológicamente representa, incluso entrevistó a una señora, de edad considerable, qué manifestó que «se encontraba encantada del nacimiento de un nuevo movimiento liderado por mujeres feministas’. La ‘Secta’ y Antena3, sin embargo, sacaron en la televisión un reportaje en el que se veía a un montón de manifestantes llamándolas de todo menos guapas, en un concierto de silbidos y abucheos. Estos señores, (y señoras), estaban rodeados de policías, impidiéndoles que se acercaran a la vicepresidenta del Gobierno, a la vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, a la alcaldesa de Barcelona y a una señora que creo que representaba a los musulmanes de Ceuta. Lo malo es que el concierto de silbidos que se escuchaba de fondo tenía como imagen la misma que había sacado ‘Ctxt’ en su vídeo; el mismo vídeo en el que eran aplaudidas. ¿Quién mintió?, ¿las grandes cadenas generalistas o la pequeña publicación podemita? Si alguien, como un servidor, vio las tres grabaciones, se encontraría perplejo, en el límite de la perplejidad. Un amigo muy querido me las mandó al teléfono y, la verdad, es que me costaba dar crédito a lo que veía: una misma noticia, una misma imagen y dos interpretaciones distintas. No quiero tomar partido, pero es evidente que las cadenas y las revistas quería sacar partido arrimando el ascua a su sardina. Nada nuevo bajo el sol...

Si un día tenéis tiempo, y ganas, os recomiendo un ejercicio por demás sencillo: entrar en Internet y mirad ‘Público’ y ‘Libertad Digital’, aunque os podría recomendar comparar diez o veinte periódicos digitales. La misma noticia es tratada de forma diametralmente opuesta por las dos publicaciones, hasta el punto de pensar que hablan de dos cosas distintas cuando es idéntica en ambos casos. Todos los medios, es cierto, tienen una línea editorial definida desde su nacimiento y esa idea primigenia es la que establece de lo que informan y de cómo lo informan. Un paisano que lea siempre ‘Público’ estará condicionado a la hora de leer la noticia. Exactamente igual le ocurre al lector de ‘Libertad Digital’. Un ejemplo que todos padecemos: la subida de la luz. ‘Público’ dirá que la culpa es de las compañías eléctricas, corsarias sin escrúpulos que solo buscan el beneficio en su cuenta de resultados. El lector de ‘Libertad Digital’, llegará a la conclusión de que es el Gobierno, con su nefasta gestión, el culpable, exonerando, eso sí, a las eléctricas, compañías que ejercen el único mandamiento que conocen los capitalistas: la libertad para ganar o perder dinero en un mercado libre. ¿Cuál de las dos publicaciones desinforma? Probablemente las dos; o ninguna, desde el momento que el lector que elige uno de los dos medios sabe, desde el momento que lo busca en Google, qué van a decir.

En todos los periódicos del mundo existen varias secciones: actualidad, deportes, internacional, opinión... En la mayoría de ellos se confunde, por desgracia, la actualidad con la opinión. Lo ideal sería que se diesen las noticias de forma imparcial y que sus distintos colaboradores o periodistas de postín, con columna propia, escribieran su opinión personal. Sin embargo, y me remito a los dos periódicos digitales que os recomiendo comparar, cuando dan una noticia opinan sobre esa noticia, que deja de ser imparcial para adquirir un sesgo ideológico improcedente y que influye en sus lectores, de manera que no sean objetivos a la hora de formarse, ellos mismos, una opinión.

Lo que nos lleva a la conclusión de que lo mejor, seguramente, sea irse al monte, olvidando a esta sociedad que es muy, muy aburrida y previsible... Salud y anarquía.
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