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Desigualdades armonizadas

24/09/2022
 Actualizado a 24/09/2022
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Se nos va a hacer muy largo. Todavía quedan ocho meses hasta las elecciones locales, pero todos ya se han puesto el traje de trileros con el que intentan confundir al personal. Y para qué engañarnos, viendo los resultados de las elecciones creo que lo consiguen, porque lo más lógico sería hacerles una cobra delante de las urnas y no introducir la papeleta. Así quizás se darían por aludidos y entenderían que no somos tontos aunque lo parezcamos, porque ahora mismo su idea es que además de aparentarlo lo somos.

La penúltima tomadura de pelo ha girado en torno a conceptos tan manidos como armonización fiscal, autogobierno autonómico, recentralización y así una serie de términos que sólo sirven para marcarse un ‘porque yo lo valgo’ ante un micrófono o para convertirse en el mejor tuitero del reino.

Cada vez que un nuevo personaje ha salido a expresar su supuesta opinión subía el nivel de despropósito y de incoherencia. Hemos tenido que escuchar a políticos de partidos defensores de la descentralización y del autogobierno autonómico afear el derecho de una comunidad autónoma a tomar una decisión fiscal que, por otra parte, es legal. Hemos tenido que escuchar a políticos de partidos que abogan por el centralismo a poner en valor la importancia de que cada comunidad autónoma tenga libertad para tomar ciertas decisiones. Hemos tenido que escuchar a políticos de partidos que han pretendido romper la convivencia de todo un país hacer una oda a lo beneficioso de actuar en beneficio de todo el territorio nacional y no en el de una comunidad autónoma en concreto. Hemos tenido que escuchar cómo políticos que han tenido y tienen responsabilidades públicas en autonomías que llevan décadas beneficiándose de unas condiciones fiscales diferentes a las del resto de comunidades, criticar que otras hayan decidido utilizar el margen legal que tienen para bajar sus impuestos. Hemos tenido que escuchar tantas sandeces y ejemplos de falta de coherencia política, que ya no sé si te dan ganas de reír o de llorar.

La maquinaria electoral ya ha comenzado y el marketing político ya está haciendo de las suyas, regalándonos debates estériles como quien defiende más a los pobres y menos a los ricos y quien sube o baja más impuestos. Mientras nos entretienen con esto, nos olvidamos de exigirles que se enfrenten de manera valiente y coherente a temas fundamentales para nuestro país como una reforma fiscal en mayúsculas y las competencias que deberían tener las comunidades autónomas y cuáles deberían tener el Gobierno de la nación tras la experiencia de las últimas cuatro décadas y que nos ha llevado a vivir en un país lleno de desigualdades.
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