20/11/2018
 Actualizado a 12/09/2019
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Más de tres décadas, bajo el mismo color azul, vuela la gaviota por campos y tierras, sin lograr llegar a ver el mar, así se asienta la administración, tomando el control más absoluto para que nada se mueva, o de moverse que sea descartando proyectos como la construcción de la autovía León-Braganza, o la autovía de La Bañeza. Tanto descarte me viene a la memoria la célebre frase de Descartes «Pienso luego existo», y es así como reacciona el gobierno autonómico para contestar a la indignación demostrada en las calles, con multitud de pancartas expresando libre y unánimemente un ‘Basta Ya’ al expolio disfrazado de buenismo contra esta tierra. El 15N, ha sido el inicio de una protesta colectiva, libre y democrática, unida para luchar contra la injusticia, para reclamar oportunidades para este pueblo, que agoniza en un estado de coma profundo, abandonado en una sala fría con vistas a un despropósito continuo, esperando la muerte en silencio. Las diferentes administraciones no lo quieren ver, quieren convertirnos en el escaparate del paseo de una ciudad milenaria para la visita grupal y enseñar lo de aquí y lo de allá, mientras las inversiones en infraestructuras e industria se desarrollan en el eje central, que es lo que más les preocupa. Más de tres décadas dan para que en el ADN se lleve grabado a sangre una hoja de ruta para borrarnos del mapa, y evitar que a nadie se le ocurra hablar de León o del Noroeste, aunque para algunos el 15N no sea más que una algarada con excesos sentimentales.

Demos una salida a la gaviota para que pueda disfrutar de su hábitat con la reanudación de la autopista del mar para articular el Noroeste peninsular y no se descarte el eje estratégico Oporto-Braganza-León-Gijón-Nantes, sino es así, solo podremos entender la intención o la mala intención para centralizarlo todo, aumentando el desequilibrio territorial y generando más frustración.
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