Desavenencia

15/02/2018
 Actualizado a 07/09/2019
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Desde hace tiempo estamos viviendo un movimiento que con el feminismo como bandera, ataca de manera directa a lo que consideran el enemigo, el género masculino. La semana pasada se celebró una pasarela de moda en la que se reivindicaba el papel de la mujer en nuestra sociedad y se condenaban los actos machistas entre otras cosas. Las modelos desfilaron con un hombre trajeado que las acompañaba en todo momento, con la particularidad que llevaba una máscara de cerdo en la cabeza. A todo esto los aplausos de los asistentes amenizaban el evento. Saquen sus propias conclusiones pero no vamos a aplaudir un agravio de este tipo. Los hombres que apoyamos la igualdad entre hombres y mujeres, entre los que me encuentro y que al mismo tiempo condenamos cualquier tipo de violencia de género ya no somos de su agrado. Estos nuevos movimientos apartan al hombre de una lucha que consideran única, pero no legítima. Aquellos que quieren ser partícipes los consideran aliados, desplazándolos a un lado, para convertirlos en meros espectadores, mientras, yo no entiendo nada. La desafortunada aparición de nuestro presidente en una radio dejando correr la pregunta sobre igualdad ha dado lugar a muchas críticas, y no es para menos, ya que pone de manifiesto lo que está ocurriendo. Pero igual de desafortunada ha sido Montero incluyendo la palabra ‘portavoza ‘dentro del vocabulario. Hace un par de años asistí a un conocido museo de León a unas jornadas sobre gestión cultural, entré en la primera reunión, donde he de decir que el número de mujeres era mayor que el de hombres, cosa que me alegró. Lo que no me gustó tanto fue que trataban todo en femenino, nosotras, vosotras, incluso los hombres que tomaban la palabra usaban el femenino. Parece que no podemos hablar claro, no podemos callar por miedo a ser señalados como fascistas o machistas, estas excusas están bastante desfasadas en el tiempo en que vivimos. El mensaje debe ser conciso en las dos direcciones y no solo en una. Entre todos los entresijos de patriarcados y empoderamientos, me pregunto si esto incluye los ataques e insultos a los hombres sin motivo aparente y de forma indiscriminada, considerando a todos los hombres por igual. El hombre en defensa por los derechos de la mujer no debería menospreciar su género en un intento de integración. La reivindicación masculina por parte de un artista local en las redes sociales, deja constancia de lo que está ocurriendo se declaró abiertamente ‘artisto’, al que le siguió un ‘dentisto’.
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