Derecho a tener mocos

03/12/2020
 Actualizado a 03/12/2020
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Nuevamente el juguete son ellos, los niños. Otra vez moneda de cambio, los que en silencio deben soportar las consecuencias de las palabras que otros dicen en los telediarios y ellos no entienden. Ni falta que les hace.

Nos hemos saltado los tres mandamientos fundamentales de su presencia en el mundo hasta que el inevitable paso del tiempo les robe esa condición de niños. Les estamos robando sus derechos irrenunciables. Los explicaba bien Braulio ‘El Lugareño’ cuando parecía que los chavales daban excesiva guerra jugando de un lado para otro. «La Declaración Internacional de los Derechos del Niño asegura que sus únicas obligaciones son jugar, tener mocos y hacer el cabrón».

Nada pueden hacer, de ninguna manera se pueden defender. Son moneda manoseada sobre debates de si cuentan o no cuentan en la cena de Nochebuena, la del Año I Sin Cuñados por excedentes de cupo. Son moneda manoseada sobre debates de si se inicia su ciclo de sentarse a la mesa a los 10 o a los 14 años.

¿Pueden cantar villancicos? Si les quitan ese derecho nadie levantaría la voz.

La realidad es que en esta escalada de sospechosos niños transmisores de desgracias ajenas se van llenando las papeleras de viejas muñecas, de juguetes sospechosos, de disfraces ya inútiles...

Y lo curioso es que frente a tanto irresponsable, frente a comportamientos nada ejemplares, a declaraciones dignas de cualquier basurero... ellos han desistido de hacer valer sus derechos, escuchan a su madre y regalan un ejemplo que nos hace creer en el futuro. Contra viento y marea.
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