Denuncian una "grave agresión" a un agente medioambiental en Rucayo

El agresor golpeó con un hacha la ventanilla del vehículo en el que viajaba

Ical
10/10/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denunció este miércoles la “grave agresión” que el pasado domingo sufrió un agente medioambiental de la Junta en la pedanía de Rucayo (León), “que pudo costarle la vida”. CSIF asegura que la situación de indefensión que sufren estos agentes es “insostenible”, e insiste en que la Administración autonómica “sigue sin tomar medidas para garantizar la seguridad de estos trabajadores públicos, ante continuas agresiones, a pesar de ser agentes de autoridad y los responsables de velar por la protección del medio ambiente”, por lo que convoca concentraciones ante las Delegaciones Territoriales de la Junta en León y Ponferrada el martes 16 de octubre.

El suceso ocurrió cuando un agente medioambiental prestaba servicio en Rucayo (León) y se encontró con un ganadero local que circulaba con su vehículo, por una zona restringida al tránsito de vehículos a motor, explica CSIF. Tras hablar con él e informarle de que no podía circular por ese lugar, el ganadero se exaltó e increpó al agente, echándole en cara al funcionario otros asuntos relacionados con el medio ambiente.

Posteriormente, y después de no lograr conseguir calmar el ganadero, el agente medioambiental se dirigió a su vehículo con la intención de abandonar la zona, a la vista de la situación y en ese momento el agresor cogió un hacha del maletero e intentó golpear al agente por la ventanilla. La pericia del agente -explican en un comunicado- evitó el impacto por unos segundos, ya que pudo arrancar el vehículo y moverlo unos metros, golpeando el hacha en la carrocería del automóvil.

“Las amenazas y agresiones físicas y verbales ocurren de manera continua en este colectivo”, señalan antes de recordar la muerte de dos agentes rurales en Cataluña a manos de un cazador en febrero de 2016 mientras realizaban un servicio ordinario de control de caza. CSIF y otros sindicatos reclamaron entonces a la Junta medios y formación para la legítima defensa de estos agentes, que todavía no tienen.

Según CSIF, la Junta “vendió” la toma de cinco medidas para la seguridad de los agentes: renovación de uniformidad y vehículos, entrega de 'smartphone', formación y establecimiento de un procedimiento de actuación en las labores de vigilancia, “pero dos de ellas, la renovación de vehículos y de uniformidad, nada tenían que ver con la seguridad, más bien con la dignidad laboral”, ya que hacía ocho años que no dotaban de uniformidad y dada lo antigüedad de los vehículos, hacía que estuvieran más tiempo en los talleres que circulando. Respecto a dotación de 'smartphones' con geolocalización, apuntan que los terminales no funcionan adecuadamente y tampoco se ha impartido formación.
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