jose-antonio-llamasb.jpg

Democracia sentenciada

08/11/2021
 Actualizado a 08/11/2021
Guardar
Un leonés muy bien documentado hablando de España. Al rojo vivo la idea de la liberación de los presos de ETA por parte del actual Gobierno de coalición, a cambio de la aprobación de los presupuestos por Bildu, es el momento de leer el libro de nuestro insigne leonés, de Valderas, Santiago Trancón, titulado ‘La España sentenciada’, un tratado, sobre el asunto del separatismo, catalán en este caso. En él, cualquiera que se sienta interesado, puede hacerse una idea global del devenir del movimiento que en la época moderna se ha ido manifestando, muchas veces con la complicidad de gobernantes del mismo Estado Español, y fracasando siempre por falta de verdadero apoyo popular y de una verdadera capacidad de imponerse «por la fuerza».

El último episodio de «sedición», así llamada la rebelión del 2017 por los jueces, se cierra con la sentencia del Tribunal Supremo en la que la cosa queda calificada como una «ensoñación o una quimera». «Un golpe sin golpistas» o «La rebelión de los idiotas», como lo titulaba el periodista Rafa Latorre en El Mundo del 14 de octubre. Una pantomima judicial que propicia y da pie a que ahora mismo un presidente de gobierno que depende de esos mismos separatistas catalanes para perpetuarse en el poder, se vea en la necesidad de acceder a su exigencia de «perdonar» a los encarcelados, repitiéndose así la historia de tantas otras ocasiones precedentes en las que desde Madrid se ven obligados a transigir y hacer la vista gorda. No fue así en la República ni en el franquismo. Hablamos de la actual democracia nacida en la actual Constitución Española.

Cuenta Trancón cómo hubo de enfrentarse a la incomprensión de los gobernantes cuando el idioma español era pisoteado y despreciado en la enseñanza cuando el problema de la «inmersión lingüística» propiciada por Don Jordi Pujol el honorable «La izquierda estaba abducida por el catalanismo y no nos creía; la derecha, entre el oportunismo y el sentimiento de culpa, no se atrevía a hacer ni a decir nada» (Pág. 309) Y el castellano desapareció de la enseñanza y los hijos de los castellanohablantes hubieron de someterse, y los profesores, marcharse de Cataluña. Es curiosa la entrevista que mantuvo con nuestro Martín Villa, cuando era ministro de Calvo Sotelo.

Uno de los estamentos que peor parados salen es la Justicia. Ya en el prólogo de Juan Pablo Cardenal se hace referencia a los jueces y su actuación durante el periodo democrático con respecto a las sentencias sobre el catalanismo: «Pero si algo se aprende de esta lectura es que hay que desmitificar la figura de los jueces». ¿Democracia sentenciada, entonces?
Lo más leído