Del paraíso de la montaña a la tradición más auténtica

Reserva de la Biosfera de los Ancares leoneses, Miravalles, Cuiña, 'Maranfallos', teitadores, miel de los bosques... La naturaleza y las costumbres conjugan en Ancares

D.M./ M.I.
21/01/2020
 Actualizado a 21/01/2020
El fabuloso pico Cuiña , en la cadena montañosa de Ancares. | ENDIKA VALBUENA
El fabuloso pico Cuiña , en la cadena montañosa de Ancares. | ENDIKA VALBUENA
La postal de montaña berciana se pinta desde los Ancares con la estampa del Miravalles y del Cuiña abrazados bajo un manto de nieve encantador. Más allá, dando la mano a Galicia, el Mostallal. Son picos que coquetean con los 2.000 metros de altura y que guardan como un tesoro un espectáculo de lagunas, pueblos y senderos.

El Puerto Ancares da acceso a estos tres colosos,aunque la entrada habitual al Mostallal es por Burbia donde se nos abre otro recorrido interesante que nos acerca a las pallozas de Campo del Agua y a la cultura castreña que se despliega con fuerza en otra vertiente, Chano, con su castro astur, en el Valle de Fornela.

La mirada desde Puerto Ancares con 1.600 metros de altura, nos lleva al Cuiña, con 1992, un pico que tiene el privilegio de tener un lago a sus pies donde la fauna autóctona sacia su sed y permite estampas únicas. Tras el Cuiña, pasando por el Campanario se puede enlazar con el Mostallal, un pico con encanto sobre Burbia y Piornedo. Del otro lado, desde Puerto Ancares podemos acceder al Miravalles, un poquito más bajo con 1.966 metros pero algo más expuesto en algunos tramos que en invierno suelen requerir la ayuda de crampones.

A sus pies el pueblo de Balouta, con el que se cierra la comarca y que rezuma tradición a simple vista desde la estampa de sus pallozas teitadas, las mismas que encontraremos en Campo del Agua. A este pueblo podemos llegar también desde Teixeira, por la parte de Villafranca, desde donde nos esperan las vistas de Pena Rubia.

Y aún captados por el asombro que pueden desplegarlas cumbres y las sierras de los Ancares, el viajero puede disfrutar por otro lago de un patrimonio inmaterialmucho más a pie de tierra.

Las tradiciones y costumbres de los pueblos y gentes hacen de Los Ancares un lugar muy especial. Desde los oficios, donde los ‘teitadores’ muestran su arte para construir los techos de paja de las pallozas, hasta la producción de miel al estilo tradicional con brezo de las montañas, Ancares huele a tradición.

También en sus festejos, genuinos y centenarios, que van desde las danzas fornelas en el mes de agosto a los ‘Maranfallos’ de Burbia, esos carnavales tan ancestrales que celebran lugareños y forasteros. Destartalados atavíos que gastan bromas por las calles para luego compartir unos cuantos manjares.Riqueza por doquier. En cada sendero, en cada rincón. Tanto por descubrir en Ancares.
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