Del Morico al Studebaker

06/04/2022
 Actualizado a 06/04/2022
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Vale más por lo que calla que por lo que dice. Vale mucho más por lo que sugiere que por lo que se ve. Es mucha más historia que realidad, más pasado que presente, más recuerdos que viajes.

Y una sonrisa, la de la nostalgia de quienes viajaron en su interior, incluso de los que algún día, camino de alguna fiesta, se colocaron en la baca, subieron por las escaleras traseras, que aunque estuviera pensada para colocar allí baúles y maletones no desdeñaban los mozos y mozas subirse, todo antes que perderse la fiesta, todo antes que no disfrutar de los escasos placeres de aquellos tiempos.

Que no todas las imágenes de autobuses abarrotados de gente en el interior y con otros viajeros agarrados a las laterales de las puertas y unos cuantos más en la baca de los bultos tienen que ser de África, Sudamérica u otros países, imágenes que hoy nos venden como exóticas y lejanas cuando hace cuatro días ocurrían en nuestras carreteras, más bien caminos, pero ésa es otra historia.

Todo ello lo cuenta y lo recuerda el viejo autobús con nombre propio, que en nuestros pueblos aún cuentan la evolución de sus empresas de transporte de viajeros con los nombres o marcas de aquellos históricos autobuses que rompían el aislamiento. Escucharás cómo te hablan del morro del Studebaker o los asientos de madera de El Morico.
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