Del monte al hoyo de un mal paso

Llevan años peleando por conseguir que alguien ponga remedio a lo que consideran una tómbola de desgracias. Por suerte, hasta la fecha no ha tocado el premio gordo, pero no quieren jugar ni un solo boleto más. El problema ahora es el paisaje que ha dejado una explotación minera de arena y grava abandonada desde que en el año 2011 la crisis económica la hiciera inviable, pero los despropósitos venían ya de antes, sostienen vecinos de la Junta Vecinal que han ido de administración en administración buscando alguna solución, sin éxito hasta la fecha.

Tan sólo el Procurador del Común se ha hecho eco de sus quejas, las que considera más que fundadas instando a la Junta de Castilla y León a actuar «a la mayor brevedad posible» ante el «grave riesgo para la integridad de los vecinos y visitantes de la localidad de Carrocera» que supone la situación actual. De esto hace más de medio año y desde entonces nada ha cambiado, la explotación sigue acumulando expedientes sancionadores pero el peligro sigue a un paso de cualquiera que transite por esa zona en la que tan pronto estás dando un paseo por el monte como a tus pies se abre un abismo del que apenas te separa un paso sobre un suelo que parece desaparecer por momentos. Al fondo, una balsa de decantación de lodos que no debería estar ahí, ni cuando la cantera estaba activa ni ahora. Y como ésa hay otras dos.

Según el informe elaborado por el Procurador del Común a raíz de una queja de la Junta Vecinal de Carrocera y tras recabar toda la información pertinente a través de las consejerías de Fomento y Medio Ambiente y Economía y Hacienda y de la Confederación Hidrográfica del Duero, concluye la necesidad de que la administración ejecute las actuaciones de restauración pertinentes ante el incumplimiento de la empresa y que se proceda a erradicar los riesgos tanto para las personas «ante la falta de vallado perimetral en el entorno de las balsas», como para el medio ambiente, «por el vertido de las aguas pluviales procedentes de la escorrentía de la cantera sin depurar o decantar al dominio público hidráulico».

Tal y como recoge el escrito, la actividad extractiva ha incumplido diversas condiciones impuestas en las declaraciones de impacto ambiental que le habían sido concedidas en su momento para poder desarrollar la actividad. Entre otras, ha modificado el trazado de un camino público perjudicando el acceso de los particulares tanto al monte como a varias fincas de la zona; se ejecutaron tres balsas que no estaban autorizadas; se han ocupado más hectáreas de las autorizadas en la explotación excediendo los límites de un Monte de Utilidad Pública de la Junta Vecinal, y, ya con la actividad parada, se está incumpliendo el plan de restauración de la explotación, que desde el año 2011 está abandonada.

Todos estos hechos han sido objeto de inspección constatándose tales extremos, dice el Procurador, que refleja en su informe los expedientes sancionadores abiertos a la empresa. Pero la realidad es que más allá de encontrar la razón en los papeles, los vecinos de Carrocera siguen sin que nadie les de una solución, y señalan lo mismo a la alcaldesa del municipio, Teresa Gutiérrez, que a los responsables de la Junta de Castilla y León, pues ni unos ni otros han puesto remedio al riesgo y los años siguen pasando.

Vallar, señalizar, recuperar los terrenos que son de la Junta Vecinal para su uso y disfrute y dejar de ver cómo se daña al medio ambiente serían, por este orden, las exigencias de los vecinos de Carrocera, que advierten a cualquiera que pueda acercarse por la zona a dar un paseo que mire bien por dónde pisa y que no pierda de vista a sus animales.